El Centro Cultural Santa Clara de Portugalete acogerá el jueves (19 horas) una conferencia titulada Homeopatía en la búsqueda del embarazo, me ha alertado el sociólogo y escéptico Aitor Cabezas. El acto está organizado por Beitu!, una asociación de mujeres que pretende que las parejas regulen «su fertilidad mediante el empleo de los denominados métodos naturales», y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Portugalete, en una nueva demostración de la irresponsabilidad con que algunas Administraciones gestionan sus instalaciones.
No me extraña que un colectivo que aboga por lo natural caiga en el timo homeopático; es más, diría que es lo normal y animaría a las socias de Beitu! a danzar desnudas a la luz de la Luna para propiciar la fertilidad. Es igual de efectivo para quedarse embarazada y para evitar el embarazo que la homeopatía, pero tiene una gran ventaja: es gratis. Que a estas alturas una institución pública respalde la homeopatía resulta, sin embargo, indignante. Que el Ayuntamiento de Portugalete ceda locales municipales para un acto en el que se va promocionar el uso de esta pseudoterapia para la fertilidad, el embarazo y la crianza -como reza la publicidad de la charla- y que lo publicite en su agenda cultural no sólo es un insulto a la inteligencia, sino también un ataque a la salud pública. Y da igual que haya solicitado el uso del local una asociación de la villa vizcaína y que las ponentes sean médicos; eso no hace a la homeopatía ni efectiva ni digna de crédito.
El Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes dictaminó en 2010 que «no existe ninguna prueba de que (la homeopatía funcione) funcione más allá del placebo». En España, la Real Academia Nacional de Farmacia y las tres sociedades científicas farmacéuticas existentes se han manifestado en los mismos términos, y la Organización Médica Colegial coincide en que la homeopatía es un proceso «ilusorio y engañoso» sin base científica. Un grupo de expertos elegido por el Ministerio de Sanidad español concluyó en un informe en 2011 que la homeopatía «no ha probado definitivamente su eficacia en ninguna indicación o situación clínica concreta». Y 27 academias científicas nacionales europeas alertaron en septiembre pasado de que «la promoción y el uso de productos homeopáticos conlleva riesgos importantes» para la salud pública.
Alguien en el PSOE debería informar a su compañero Mikel Torres, alcalde de Portugalete, de que la homeopatía no es medicina, de que no sirve para tratar nada y de que, además, es peligrosa. Alguien tendría que contarle que en más de 200 años no hay en la literatura científica registrado ni un caso de curación de ninguna dolencia gracias la homeopatía. Alguien tendría de decirle que, si ni sus más fervorosos practicantes piden anestesia homeopática a sus dentistas, es por algo. Alguien tendría que recordarle que, si no existen anticonceptivos homeopáticos, es porque Samuel Hahnemann, inventor de esa pseudoterapia, tendría a estas alturas tantos hijos como Ogino. O más. Alguien debería animarle a ver el capítulo de Escépticos dedicado a la homeopatía.
La homeopatía es una estafa de venta en farmacias, señor Torres. Y su Ayuntamiento está fomentándola, generando falsas expectativas en parejas con problemas de fertilidad y poniendo en peligro la salud de madres y niños.
Información publicada en Magonia el 10 de abril de 2018.