
Un centenar y medio de farmacéuticos españoles ha pedido a las autoridades sanitarias y a los máximos responsables de la profesión que saquen la homeopatía de los despachos de farmacia porque es una «falsa terapia», un engaño. «La homeopatía no es ciencia ni ha curado a nadie de nada en más de doscientos años», advierten en una carta abierta que enviaron el viernes a la ministra de Sanidad, al presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, a los decanos de las facultades de farmacia y a los presidentes de las sociedades científicas farmacéuticas.
«No nos une nada más que el deseo de mejorar nuestra profesión y ganar valor frente al paciente. Tanto órganos colegiales como asociaciones científicas, algunas facultades y la mayoría de los titulares de oficinas de farmacia defienden esta mancia. Están contaminados por las empresas de homeopatía, que son las que dictan lo que tienen que hacer y no la ciencia, como debería ser», explica el farmacéutico Suso Fernández, portavoz del colectivo FarmaCiencia e impulsor de la misiva. Los promotores de la iniciativa, que se conocen gracias a las redes sociales, esperan ser «el núcleo de algo más formal, de un grupo de profesionales y estudiantes que trabajen por un ejercicio de la farmacia ético y basado en la ciencia». Apuestan porque su práctica profesional «esté siempre sustentada en criterios científicos y técnicos validados, así como acordes con la legislación vigente», algo que no ocurre en la actualidad en el caso de la homeopatía.
«Mucha gente -explican en la carta- cree hoy en día la que la homeopatía es una terapia válida y sus productos reciben el nombre de medicamentos permitiéndose la comercialización de productos con indicación terapéutica que incumplen toda la legislación y normativa de obligatorio cumplimiento y a la que están sometidos los verdaderos medicamentos». La actual legislación europea, fruto de las presiones de las grandes firmas homeopáticas francesas y alemanas en Bruselas, permite que los productos homeopáticos no tengan que demostrar su efectividad, como ocurre con cualquier medicamento de verdad, sino únicamente que son inocuos, que no causan daño. El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) española, Juan José Rodríguez Sendín, que considera que la homeopatía es un proceso «ilusorio y engañoso» que pertenece «al mundo de las creencias», sostiene que la directiva europea que regula la homeopatía es un «disparate» porque sólo está «movida» por intereses económicos. Es decir, por la presión de las empresas del sector.
Violación del código ético
Los firmantes de la carta, hecha pública en coincidencia con el Día Mundial del Farmacéutico, acusan a los colegios profesionales que cuentan con secciones de homeopatía y hasta forman a sus asociados en esa práctica de violar el código ético de la profesión. Éste establece en su artículo 16 que «el farmacéutico proporcionará una información veraz y adecuada a cada paciente, no fomentando en ningún caso expectativas terapéuticas injustificadas o inadecuadas y promoviendo su derecho a la prevención y diagnóstico de la enfermedad y a tratamientos eficaces y seguros». Y recuerdan que la homeopatía, además de no haber curado nunca a nadie, supone un peligro para la salud al llevar en ocasiones a pacientes a abandonar «terapias que sí han demostrado su efectividad» en beneficio de una que nunca lo ha hecho.
«Por primera vez un grupo de profesionales representativo y con el único interés de mejorar nuestro ejercicio profesional, se posiciona al respecto de esta terapia que nunca lo ha sido y pide expresamente a sus representantes, que actúen para que no esté en nuestro ámbito de trabajo», indican. Y lamentan que la homeopatía «aparezca en guías clínicas de sociedades científicas» y que haya facultades de farmacia que la tengan en sus planes de estudios, «dañando la imagen de la universidad y la profesión al incluir la homeopatía con el resto de los tratamientos científicos, sin ninguna evidencia que la respalde».
La iniciativa arrancó a finales de agosto a raíz de un tuit de Fernández, conocido por regentar una farmacia en la Gran Vía madrileña y oponerse abiertamente a la venta de homeopatía en las boticas. «Recibí muchas solicitudes para que formásemos un grupo y comenzásemos a trabajar fuera de estas instituciones que traicionan a nuestra profesión y permiten el engaño al paciente con esta falsa terapia», recuerda. Al final, Roi Cal Seijas, Cecilia Pita, Aurora García y Fernández, «farmacéuticos en ejercicio en diversos sectores», decidieron recoger firmas entre colegas como primer pasado en su lucha contra esta pseudoterapia.
Aunque los 155 firmantes a fecha de hoy son pocos «frente a los más de 60.000 farmacéuticos que puede haber», los promotores de la iniciativa aseguran que esta carta -abierta a la firma de los profesionales que lo deseen- es sólo el primer paso. Ellos no entienden el silencio de la comunidad farmacéutica, más allá de las presiones económicas de las compañías del sector. «En las facultades de farmacia, la mayoría no recibe información sobre homeopatía (salvo dos o tres deshonrosos ejemplos como el de Salamanca) y, en cuanto son titulares de una oficina de farmacia, se les nubla la (con)ciencia y se ponen a venderla, deshonrando la profesión y menospreciando al paciente y a la ciencia. Aquí claro que hay complicidad. Muchos lo justifican por ganar dinero y porque el paciente la demanda, pero se puede demostrar que no se pierde dinero si no se vende homeopatía y que el paciente lo entiende si se le explica. Además, así no traicionamos su confianza en el técnico sanitario que somos. Los adjuntos no titulares no se atreven a hacer valer su opinión frente a la del titular por miedo a represalias. Recientemente y para la selección de un farmacéutico he entrevistado a diez recién titulados y ninguno afirmaba creer que la homeopatía es una terapia eficaz y solo uno la había visto en la Universidad», indica Fernández, que es miembro del Círculo Escéptico y de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.
Quien quiera unirse a este grupo de valientes farmacéuticos puede hacerlo en Facebook y Twitter.
¿Qué es la homeopatía?
Los principios de la homeopatía, establecidos por el médico alemán Samuel Hahnemann en 1796, son que una sustancia que provoca un síntoma puede curarlo si se diluye mucho y que, cuanto más diluida esté, mayores serán sus efectos sanadores. Hay de venta en farmacias preparados homeopáticos cuyo principio activo está diluido en el equivalente a un tercio de gota de agua en todos los océanos de la Tierra y hasta a una molécula en innumerables universos. Pruebas de laboratorio hechas en todo el mundo han demostrado que esos preparados homeopáticos no tienen más que azúcar. Muy caro, pero sólo azúcar.
La Asociación Médica Británica sostiene que la homeopatía «es brujería»; el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes británica considera que «no existe ninguna prueba de que funcione más allá del placebo»; un grupo de expertos elegido por el Ministerio de Sanidad español concluyó en un informe en 2011 que la homeopatía «no ha probado definitivamente su eficacia en ninguna indicación o situación clínica concreta», y la Sociedad Estadounidense de Química (ACS) sentenciaba en mayo pasado que «el uso de los remedios homeopáticos se ha prolongado durante casi 200 años, pero también lo ha hecho el progreso de la ciencia. Y ese progreso nos ha demostrado que los principios de la homeopatía son tonterías».
Información publicada en Magonia el 25 de septiembre de 2016.