Acusar a los científicos de rechazar lo paranormal por desconocimiento es algo común entre los vendedores de misterios desde que tengo uso de razón. Pero ¿es cierto que la ciencia ha ignorado sistemáticamente los fenómenos extraños? No. Desde los orígenes del espiritismo y la metapsíquica -lo que hoy llamamos parapsicología-, ha habido científicos que han investigado lo aparentemente sobrenatural. Los ha habido creyentes -los menos- y escépticos -los más-, y estos últimos han tenido desde el principio unos aliados excepcionales en su búsqueda de la verdad: los magos.
El miércoles hablaré de Ciencia y magia contra los espíritus en la Domus de La Coruña a partir de las 19.30 horas, dentro de los actos del Mes Escéptico organizado por los Museos Científicos Coruñeses. La entrada será libre hasta completar el aforo. Como el tiempo da para lo que da, me centraré en tres o cuatro ejemplos curiosos de cómo los científicos ya desvelaron hace más de un siglo engaños en los que todavía hoy cae mucha gente, periodistas incluidos.
Me siento honrado e ilusionado por poder hablar en la Domus porque los museos coruñeses son en España el buque insignia de la divulgación científica y porque la invitación me la hizo un buen y admirado amigo, Javier Pedreira, Wicho. Además, los tres ponentes que me han antecedido, también buenos amigos, son pesos pesados de la divulgación: J. M. Mulet, bioquímico de la Universidad Politécnica de Valencia; José Manuel López Nicolás, bioquímico de la Universidad de Murcia; y Alberto Nájera, físico de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ellos han hablado de lo que no es medicina, de los productos milagro y de la histeria antiondas, respectivamente. Temas serios donde los haya. Yo, que soy letras, voy a hablar de espíritus, médiums, magos, prodigios varios y tipos dotados de poderes extraordinarios. Espero no rebajar mucho el nivel.
Nota publicada en Magonia el 14 de diciembre de 2015.