Los defensores de las mal llamadas medicinas alternativas quieren conseguir en los tribunales lo que nunca han logrado en los laboratorios ni en los ensayos clínicos: que parezca que lo suyo funciona. Por eso han emprendido en España una campaña de denuncias contra quienes advierten a la opinión pública de que prácticas como la homeopatía, la acupuntura, la quiropráctica, el reiki, la bioneuroemoción y otras carecen de efectividad, y además pueden poner en peligro la vida de quienes confíen en ellas. Su objetivo es silenciar a los críticos, aplastándoles bajo una avalancha de denuncias y las consiguientes molestias y gastos en asistencia legal.
Comienzo del reportaje publicado en la revista Muy Interesante (núm. 468, mayo de 2020).