Recuerdo cómo me enteré de los extraordinarios hallazgos de Iruña Veleia. Me refiero al primer Calvario de la cristiandad y a las inscripciones en escritura jeroglífica atribuidas a los alumnos de un preceptor egipcio en la Álava romana. Fue en la tarde del 8 de junio de 2006 cuando llegué a mi mesa en la redacción de El Correo y mi entonces jefe me dijo que íbamos a abrir la sección de Vivir –así se llamaba la actual Culturas y sociedad– con un gran descubrimiento arqueológico hecho en Álava. «¿Dónde se ha publicado?, ¿en qué revista?», pregunté. Me respondió que lo habían presentado en una rueda de prensa patrocinada por Euskotren y me contó de qué se trataba. Yo torcí el morro. No me acuerdo si realmente o sólo mentalmente.
Comienzo del reportaje publicado en el diario El Correo el 18 de febrero de 2020.