El 75º aniversario de la emisión de La guerra de los mundos de Orson Welles y el Mercury Theatre es una buena oportunidad para adentrarse en el universo de la primera invasión extraterrestre transmitida en tiempo real. Desde el clásico de H.G. Wells hasta los estudios sobre su impacto, pasando por las versiones televisivas y cinematográficas, aquí tienen diez modos diferentes de disfrutar de una gran obra de ciencia ficción y sus derivados.
1. La novela de H.G. Wells. Con un comienzo de enmarcar -«a través de los abismos del espacio, espíritus que son a los nuestros lo que nuestros espíritus son a los de las bestias de alma perecedera; inteligencias vastas, frías e implacables, contemplaban esta tierra con ojos envidiosos y trazaban con lentitud y seguridad sus planes de conquista”-, La guerra de los mundos (1898), de H.G. Wells, es una de las obras maestras de la ciencia ficción y el clásico de las invasiones extraterrestres. Escrito en plena fiebre de los canales marcianos, se publicó en forma de serial en la Pearson’s Magazine en 1897, y el novelista cobró por su trabajo 200 libras de la época. Cuando Orson Welles la adaptó para la radio en 1938, el autor se molestó y declaró a la prensa inglesa: «No he dado permiso para ningún cambio que pudiera hacer creer que se trataba de un hecho real».
2. El programa de Orson Welles. Fue la radio la que, como bien dice Carlos Scolari en su libro No pasarán (2005), convirtió la obra de Wells en un referente «de la cultura de masas». El 30 de octubre de 1938, en un mundo en cuyo horizonte brillaban ya destellos de guerra, Welles y el Mercury Theatre escenificaron para la CBS la invasión marciana en formato de boletines radiofónicos que interrumpían un programa musical. Al término de la emisión, el joven Welles dijo que era su susto de Halloween: «Aniquilamos el mundo ante sus oídos y destruimos completamente la CBS. Espero que se sientan aliviados al saber que no íbamos en serio y que ambas instituciones están aún abiertas para continuar sus negocios».
Aquí les dejó la emisión original:
Y también pueden pasar un buen rato con la recreación en español dirigida por Gregorio Parra el 30 de octubre de 2008 en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón (Madrid), para Radio Nacional de España:
3. El estudio de la histeria. Una investigación del psicólogo Hadley Cantril, de la Universidad de Princeton, está detrás de la extendida creencia de que Welles y su equipo aterrorizaron a Estados Unidos. Publicado originalmente en 1940, La invasión desde Marte. Estudio de la psicología del pánico llegó a España en 1942 de la mano de Revista de Occidente y fue recuperado por Abada Editores en 2005, con motivo del estreno de la película protagonizada por Tom Cruise. Incluye el guión completo del radiodrama y, a pesar de sus defectos -las conclusiones de Cantril parecen hoy en día a todas luces exageradas-, da las claves para entender cómo pudo haber gente que vivió el ataque marciano el 30 de octubre de 1938 como algo real. Hubo una confluencia de factores que lo hicieron posible -el ambiente prebélico, la credibilidad de la radio, el formato…-, pero lo definitivo fue «el hecho de que mucha gente no intentó hacer nada para verificar la información que recibía por los altavoces. Ahí está la causa de la persistencia del pánico», escribe Cantril.
4. Mantas volantes atacan Estados Unidos. Dirigida por Byron Haskin y producida por George Pal, La guerra de los mundos se convirtió en 1953 en la primera gran producción cinematográfica de ciencia ficción. La acción se sitúa en California después de la Segunda Guerra Mundial, y las máquinas marcianas son una especie de mantas volantes. A pesar de su antigüedad, la prefiero a la película de Steven Spielberg de 2005, aunque ésta sea más fiel a la novela y sus efectos especiales resulten espectaculares. Los protagonistas de la película de Haskin, Gene Barry y Ann Robertson, tienen sendos papeles en la de Spielberg.
5. Una sesión de teleteatro. Diecinueve años después del programa de radio, la CBS emitió The night that America trembled (La noche que Estados Unidos tembló) el 9 de septiembre de 1957. En blanco y negro, es una recreación de lo que pasó en la víspera de Halloween de 1938, si bien no se cita en ningún momento por su nombre ni a Welles ni a nadie de su equipo, algo que resulta extraño. El telefilme cuenta en su reparto con Ed Asner, Warren Beatty y James Coburn, entre otros.
6. La visión del guionista. Tres décadas después de escribir el texto de la sesión de radioteatro, Howard Koch publicó La emisión del pánico (1970). Cuenta en este libro la gestación del guión y el viaje que hizo con su esposa a Grover’s Mill en 1969 para comprobar hasta dónde había llegado el pánico a los marcianos en el foco de la invasión. Publicada en España en 2002 por el Centro de Creación Experimental de la Universidad de Castilla-La Mancha, la obra incluye el guión, fotos y recortes de prensa de la época, y un CD con el programa. «Si los marcianos imaginarios de la emisión de radio nos enseñaron algo importante, fue la virtud de dudar y de comprobar todo lo que nos llega a través de las ondas y de las páginas impresas, incluso de las escritas por el autor de este libro», concluye Koch. Y destaca cómo entrevistas posteriores revelaron que las intervenciones ficticias de militares, científicos y miembros del Gobierno «que confirmaban a los oyentes que todo estaba bajo control y que no había motivo de alarma sólo sirvieron para aumentar la sensación de que se les estaba ocultando la verdad y de que los invasores eran, de hecho, marcianos invencibles encaminados hacia nuestra destrucción».
7. La mejor recreación. Koch es el hombre que está detrás de la mejor recreación televisiva de lo que pasó aquella noche. Se titula The night that panicked America (La noche que aterrorizó a Estados Unidos), y la emitió la ABC el 31 de octubre de 1975. Años después, pudimos verla en TVE. Protagonizada por Paul Shenar, que da vida a Orson Welles, cuenta lo que ocurrió en los estudios de la CBS -cómo se montó la invasión– y cómo reaccionaron quienes tomaron la historia como real.
8. Invasión a todo ritmo. El músico Jeff Wayne recuperó en 1978 el original de H.G. Wells para una ópera rock que contó con Richard Burton como excepcional narrador. Fue un gran éxito de crítica y público allí donde salió a la venta, y es el trigésimo octavo álbum más vendido en la historia musical de Reino Unido, con más de 2,5 millones de copias hasta 2009. La mayoría de las letras de las canciones son de Gary Osborne, que fue letrista de Elton John. A juicio de David Doncel, director del Festival de Música de Cine provincia de Córdoba, es «una verdadera joya del rock sinfónico, con riff de guitarras, bajos y teclados que crean una ambientación realmente asfixiante». Hay dos versiones en español, sólo disponibles en el mercado de segunda mano; la mejor es el CD de 2005, en la que la narración corre a cargo de Teófilo Martínez.
9. El patrón de la invasión alienígena. La invasión es un clásico de la ciencia ficción, como el viaje en el tiempo, el primer contacto, la nave generacional, los robots y el escenario postapocalíptico. El periodista argentino Carlos Scolari hace en No pasarán (Páginas de Espuma, 2005) un recorrido por la historia de los ataques extraterrestres. “Todas las invasiones alienígenas conducen a H.G. Wells”, advierte. Y recuerda que la novela tuvo en su época «un éxito tan grande que inspiró a numerosos autores de menor calibre. Apenas pocos meses después de su publicación, los escritores replicantes se pusieron a trabajar».
10. El impacto real de la versión de Wells. ¿Hasta qué punto llegó el pánico a los marcianos? Sesenta años después del montaje de Welles, el sociólogo Robert Bartholomew escribió un artículo, en The Skeptical Inquirer, en el que rebajaba considerablemente el impacto social del programa. Bartholomew reduce los 1,2 millones de estadounidenses de que habla Cantril en su trabajo de 1940 a decenas de miles y, como otros, destaca que el estudio de su colega de Princeton se basó en un número muy reducido de entrevistas -sólo 135- y eligió los testimonios más coloristas de un puñado de personas aterrorizadas. Básicamente, sostiene el sociólogo, el pánico marciano fue una creación mediática en la cual los periódicos se dejaron llevar por el entusiasmo y hablaron hasta de suicidios e infartos que, en los días siguientes, nadie confirmó. Una actualización del artículo de Bartholomew puede leerse en el libro The martians have landed! (2012), que firma junto al divulgador científico Benjamin Radford.
Nota publicada en Magonia el 29 de octubre de 2013.