El visionario Harold Camping, «desconcertado» y «perplejo» porque el sábado no se acabó el mundo

Camión con el anuncio del fin del mundo de Harold Camping, en las calles de Nueva Orlears. Foto: Bart Everson.
Camión con el anuncio del fin del mundo de Harold Camping, en las calles de Nueva Orlears. Foto: Bart Everson.

Que el Juicio Final no comenzara el sábado ha dejado, según su esposa, «desconcertado» y «perplejo» al ingeniero estadounidense Harold Camping, quien ya se hacía a estas alturas en el Cielo. Dueño de la cadena fundamentalista Family Radio, había calculado, a partir de la Biblia, que el sábado, cuando el reloj marcara las seis de la tarde hora local, cada ciudad del planeta sería sacudida por «un terremoto que haría que el último de Japón no pareciera nada», 207 millones de justos se salvarían automáticamente y el resto nos quedaríamos en la Tierra para sufrir como perros hasta el 21 de octubre, cuando el planeta sería destruido por Dios. Y llegaron las seis de la tarde del sábado y no pasó nada. ¡Me habría encantado ver la cara del profeta cuando el reloj marcó la hora fatídica en su casa de California!».

Ha sido un fin de semana muy duro», declaró Camping poco después a periodistas del San Francisco Chronicle que llamaron a la puerta de su domicilio. «Estoy buscando respuestas», añadió antes de cerrar la puerta prometiendo que hoy daría explicaciones sobre su segundo error apocalíptico. Porque ya predijo el fin del mundo para el 6 de septiembre de 1994 y, cuando no pasó nada, lo achacó a un error de cálculo. Eso no minó la fe de sus seguidores, que han financiado con unos 100 millones de dólares la campaña publicitaria del último fallido fin del mundo. Uno de los adeptos de Camping, Robert Fitzpatrick, un jubilado neoyorquino de 60 años, donó 140.000 dólares -prácticamente, todos sus ahorros- para pagar carteles apocalípticos, según Abc News. Cuando no pasó nada, el infeliz se quedó desconcertado -como lo habrán hecho muchos otros-, pero no culpa de su desgracia a Camping.

Barbara Bradley Hagerty, de la Radio Pública Nacional, llamó por teléfono a seguidores del predicador fundamentalista al día siguiente del fin del mundo. «La mayoría no contestó el teléfono. Muchos de los que lo hicieron dijeron que no iban a hablar para la radio». Sin embargo, un creyente dio con la perfecta justificación: dijo que sus oraciones habían dado fruto, que Dios había retrasado el Juicio Final para posibilitar que más gente pudiera salvarse, pero que el Apocalipsis es «inminente». Gary Vollmer, otro seguidor de Camping, dice que su líder se ha confundido porque el sábado no empezaba el Juicio Final, sino una batalla espiritual que acabará con el arrebatamiento el 21 de octubre, cuando el dueño de Family Radio decía que Dios destruirá el mundo.

Así que Camping lo tiene fácil. Como auguró Richard Dawkins, puede volver a pedir dinero a sus fieles porque están dispuestos a creer cualquier cosa con tal de no admitir lo obvio, que su profeta es un fraude.

Nota publicada en Magonia el 23 de mayo de 2011.


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