«Iker miente», dice una pintada en la torre de San Miguel, en Ochate, el pueblo abandonado del Condado de Treviño (Burgos). Me ha alertado de ello Aitor Gutiérrez, realizador de la serie Escépticos, de ETB 2, cuando esta mañana caminábamos por los alrededores del edificio, y aquí tienen la foto. Ochate es un enclave maldito desde que Prudencio Muguruza escribió en 1982, en la revista Mundo Desconocido, que había sufrido tres epidemias entre 1860 y 1870 que habían diezmado su población y llevado a los tres supervivientes de tanta desgracia a huir de la aldea. Luces y figuras misteriosas rondaron a partir de ese momento las ruinas, según Muguruza, cuyo reportaje convirtió Ochate en los años 80 del siglo pasado en centro de peregrinaciones paranormales.
En 1999, Iker Jiménez volvía a contar la leyenda en su libro Enigmas sin resolver y sentenciaba que lo que había ocurrido en el pueblo a mediados del siglo XIX había sido «como una maldición bíblica». Y parapsicólogos, ufólogos, videntes y demás regresaron a la aldea para molestia de los vecinos de los pueblos cercanos. En 2005, el periodista esotérico contaba otra vez la historia del pueblo maldito en el estreno de Cuarto Milenio, acompañado por Muguruza, quien desde hace años se dedica a echar las cartas. Y Ochate volvía a ponerse de moda en el mundillo paranormal a pesar de que allí no pasa ni ha pasado nada inexplicable. Porque la verdad es que no hay ninguna prueba de lo que sostienen Muguruza y Jiménez; ni la ha habido nunca. Toda la historia de las epidemias y la maldición es un cuento chino. «Iker miente», puede leerse en la base de la torre de San Miguel. ¿Lo habrán escrito los espíritus?
Nota publicada en Magonia el 28 de abril de 2011.