Crónicas de Magonia, la sección agosteña de misterios que ha publicado el diario El Correo, ya es historia. Por segundo año consecutivo, he tenido el privilegio de escribir una serie de reportajes veraniegos sobre enigmas desde un punto de vista crítico, una iniciativa única en la prensa española y posible gracias a mis jefes, que aceptaron la idea; los compañeros de la sección de Vivir del periódico de papel que revisaron los textos y se preocuparon porque no se colara ninguna errata; y los de diseño, que lograron que las páginas tuvieran un aspecto atractivo. Como ya dije el año pasado respecto a la sección La cara oculta del misterio -de la que ésta es heredera-, he tenido la fortuna de contar como ilustrador con Iker Ayestarán y como revisores de todos los originales con la periodista María Luisa Idoate y el historiador José Luis Calvo, que me han evitado un buen montón de meteduras de pata. Además, los periodistas Alejandro C. Agostinelli y Julio Arrieta, buenos conocedores de Misteriolandia, leyeron algunos originales, al igual que hizo Mikel Iturralde, director de información de El Correo Digital. A todos ellos, y a los compañeros y lectores de Magoniaque me han sugerido temas a tocar, muchas gracias. Si hay algún error, es exclusiva responsabilidad mía.
Cuando acabé la serie del año pasado, creí que iba a resultar complicado tener material para otra entrega de misterios veraniegos. No ha sido así. Dos cosas han contribuido indirectamente a ello: la reducción de 42 a 31 reportajes, que se ha debido a que El Correo ha limitado este año sus páginas estivales a agosto, y la de líneas, que decidimos independientemente -«casualidad, ¿lo dudo?», diría el charlatán de turno- Óscar Villasante, jefe del área de Vivir, y yo. Además, concebí la sección desde el principio como una recopilación de historias curiosas, más que de grandes temas, lo que ha hecho que se hayan quedado en la recámara más reportajes que los publicados. ¿Quiere decir eso que hay material para una tercera entrega de enigmas veraniegos? Sí, y hasta para una cuarta. Lo que no implica, de momento, que vaya a escribirlas; aunque ya tengo más de una cuarentena de anécdotas susceptibles de ser contadas, sin haberme sentado a pensar en serio, sólo con las notas tomadas mientras viajo en metro, leo o veo la tele. De momento, les dejo con las miniaturas de las 31 páginas de las Crónicas de Magonia. Cada una enlaza con el texto correspondiente publicado en esta bitácora.
Nota publicada en Magonia el 1 de septiembre de 2009.