‘Año Cero’ atribuye a una civilización desaparecida las pirámides hechas por los agricultores de isla Mauricio

Pirámides de isla Mauricio levantadas por los agricultores después de la Primera Guerra Mundial. Foto: Uli sh.
Pirámides de isla Mauricio levantadas por los agricultores después de la Primera Guerra Mundial. Foto: Uli sh.

Miguel Seguí da cuenta en el último número de Año Cero, la revista que dirige Enrique de Vicente, del descubrimiento en isla Mauricio de siete pequeñas estructuras como las pirámides de Güímar y dice que el hallazgo «ha vuelto a abrir el debate sobre la posible existencia de una antigua civilización marítima, que se extendió entre el Atlántico y el Índico hace miles de años». Mete la pata hasta el fondo Seguí, quien ya descubrió hace dos años que la Tierra no pertenece a la Vía Láctea, sino a otra galaxia, y, a pesar de ser biólogo, sostiene que puede haber dinosaurios vivos en África.

Las pirámides de isla Mauricio son conocidas desde hace muchos años, hasta el punto de que en las guías turísticas se explica que se trata de cuidados amontonamientos de piedras hechos por los campesinos para liberar tierra cultivable de roca volcánica, tal como indican los astrofísicos Antonio Aparicio y César Esteban en su libro Las pirámides de Güímar. Mito y realidad (2005). En vez de deducir de eso que las estructuras canarias tienen un origen similar, Seguí da la vuelta a la tortilla, ignora las explicaciones de los historiadores y se lanza a especular con que, «en el pasado, tal vez existió un pueblo que sobresalió por su dominipo increíble de las rutas marítimas, que construyó templos alineados con los puntos cardinales y los fenómenos solates, y que, probablemente, contacto con la civilización egipcia». Lo suyo, definitivamente, es la historia ficción.

Nota publicada en Magonia el 10 de junio de 2009.


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