
Son fraudes mucho más descarados que los que habitualmente denuncian las asociaciones de consumidores. Sin embargo, estas organizaciones guardan silencio ante quienes cobran por servicios inexistentes y fraudulentos como ver el futuro, hacer cartas astrales, fotografiar el aura, conectar con los muertos, leer las líneas de la mano, dibujar al espíritu guía, sanar espiritualmente y otras excentricidades.
¿Por qué las asociaciones de consumidores y las autoridades son tan permisivas con quienes se aprovechan de los incautos? ¿Por qué agencias de noticias serias siguen haciendo el juego a personajes como la médium canadiense Marilyn Rossner, quien alardea de unos poderes que no tiene? ¿Cuándo va el Ejecutivo español a trasponer de una vez a nuestra legislación la directiva europea que, para proteger a los consumidores, obliga a todo el que venda un servicio -brujos, incluidos- a demostrar la realidad de lo que ofrece?