Anne Germain actúa en Bilbao esta semana, y yo me enfrento a un dilema: asistir o no al fraudulento espectáculo que ofrecerá durante cuatro días en el palacio Euskalduna al precio de 80 euros la entrada. La curiosidad periodística me incita a gastarme ese dinero para presenciar en directo el show. Pero lo que hace la médium de Telecinco me parece tan repugnante que engordar su cuenta corriente se sitúa, para mí, en el límite de lo moralmente asumible. No espero que ustedes me saquen de dudas. Únicamente, quiero hacerles partícipes de algo que nos pasa de vez en cuando a quienes creemos que hay que denunciar este tipo de engaños y exponer las razones por las que, en este caso, no tengo claro qué hacer ni que no vaya a arrepentirme después haga al final lo que haga.
Hay dos tipos de personajes en el mundo de lo paranormal y la pseudociencia que me dan asco: los que aseguran curar enfermedades por métodos no demostrados y los que dicen comunicarse con los muertos. Curanderos -y aquí incluyo a los mal llamados médicos alternativos- y médiums explotan el dolor físico y mental ajeno, esos momentos de debilidad que puede tener cualquiera cuando pierde la salud, está al borde la muerte o ha fallecido un ser querido y necesita consuelo. Todos sabemos directa o indirectamente lo que pasa en cualquiera de esas situaciones, lo vulnerables que somos.
Anne Germain ha convertido la simulación de hablar con los muertos en un gran negocio, como ya hicieron las hermanas Maggie y Kate Fox, las inventoras del espiritismo, en la segunda mitad del siglo XIX. Las dotadas estadounidenses llegaron a ganar con sus trucos entre 100 y 180 dólares por noche -traducido a dinero actual, entre 2.370 y 4.266 dólares por sesión- y también se dedicaron a llenar teatros. Según Vertele!, el caché de su televisiva colega es de entre 12.000 y 15.000 euros por cada entrega de Más Allá de la Vida, cantidad muy inferior a lo que puede ganar por noche en Bilbao: la sala donde actúa tiene capacidad para 614 espectadores y va a dar 8 funciones a un precio de 80 euros la entrada. Si el lleno fuera total, la taquilla de los cuatro días podría superar los 390.000 euros, de los que me imagino que la parte del león sería para la estrella paranormal de Telecinco. ¿Pero qué es lo que hace esta mujer? Nada del otro mundo, y nunca mejor dicho.
Los trucos de los médiums
La vidente británica recurre al efecto Forer, a la lectura fría y, muy posiblemente también, a la lectura caliente. El efecto Forer debe su nombre al psicólogo Bertram Forer. Yo lo suelo usar en mis charlas para demostrar la estafa del horóscopo. Consiste en hacer afirmaciones lo suficientemente vagas como para que cualquiera se dé por aludido por ellas. Por ejemplo: tu madre me dice que te quiere y que está muy orgullosa de ti. En ocasiones, este truco puede fallar, como le ocurrió a Anne Germain con Santiago Segura y dejar en evidencia al charlatán.
La apariencia y la actitud del sujeto -cómo responde a afirmaciones ambiguas y preguntas del vidente- están en la base de la lectura fría, que tiene uno de sus puntos fuertes en sonsacar información a la víctima y luego devolvérsela como si la revelaran los astros, los espíritus o el poder sobrenatural que toque. Y, por último, está la lectura caliente, que consiste en obtener información del sujeto previamente, bien por tratarse de una figura popular, bien por contar con infiltrados entre el público que la consiguen y luego se la chivan al dotado a través de un auricular. En Más Allá de la Vida, el montaje hace milagros y el público cobra; y no puede descartarse que en el espectáculo teatral se usen infiltrados y hasta ganchos, aunque igual ni hacen falta dada la credulidad del público.
Sería para reírse si no estuviera explotando económicamente el dolor de mucha gente.
Nota publicada en Magonia el 23 de abril de 2012.