El vídeo del anuncio de Clinton del hallazgo de vida en Marte

Hace veinte años, Bill Clinton, entonces presidente de Estados Unidos, anunció el descubrimiento de pruebas de vida extraterrestre en el meteorito marciano ALH 84001, que cayó en la Tierra hace 13.000 años. Al final, fue una falsa alarma, pero la comparecencia pública dio un mazazo a las especulaciones sobre el encubrimiento de un hallazgo de este tipo que tanto han explotado ciertos ufólogos. Hace cuatro años publiqué aquí la declaración oficial de la Casa Blanca traducida al español -hoy vuelvo a hacerlo-, pero no el vídeo de la conferencia de prensa. No fui capaz de encontrarlo en ningún lado. Anoche el escéptico Joan Figueras me informó en Twitter de que la grabación está ahora en YouTube, y aquí la tienen. El vídeo lo subió en julio del año pasado la Biblioteca Presidencial de William Jefferson Clinton.

Parte del metraje de esta histórica rueda de prensa fue utilizado por Robert Zemeckis en Contact (1997), película basada en la novela homónima de Carl Sagan, lo que llevó a Charles Ruff, consejero de la Casa Blanca, a mandar una carta de queja a Warner Bros por el uso «inapropiado» de la imagen del presidente. Al final de esta anotación, tienen ese fragmento de Contact.

Declaración del presidente Clinton
sobre el descubrimiento del meteorito de Marte

La Casa Blanca
Oficina del Secretario de Prensa
Para su publicación inmediata
7 de agosto de 1996

Declaraciones del presidente
A la salida
Jardín Sur
13.15 horas

Buenas tardes. Me complace haberme reunido con mi asesor de ciencia y tecnología, el doctor Jack Gibbons, para hacer algunos comentarios sobre el anuncio de hoy de la NASA.

Éste es el producto de años de exploración y meses de estudio intensivo por parte de los científicos más distinguidos del mundo. Como todos los descubrimientos, éste será y debería seguir siendo revisado, examinado y analizado. Tienen que confirmarlo otros científicos. Pero está claro que el hecho de que algo de esta magnitud se esté investigando es una reivindicación más del programa espacial de Estados Unidos y de nuestro continuo apoyo al mismo, incluso en estos tiempos financieros difíciles. Estoy decidido a que el programa espacial estadounidense ponga su potencia intelectual y capacidad tecnológica a disposición de la búsqueda de más pruebas de vida en Marte.

En primer lugar, he pedido al administrador (de la NASA Daniel) Goldin que se asegure de que este hallazgo es objeto de un proceso metódico de revisión y validación. En segundo lugar, he pedido al vicepresidente (Al Gore) que convoque, en la Casa Blanca antes de que acabe el año, una cumbre bipartidista sobre el futuro del programa espacial de EE UU. Uno de los objetivos de esa cumbre será discutir cómo EE UU debe seguir buscando respuestas a las preguntas científicas planteadas por este descubrimiento. En tercer lugar, estamos comprometidos con el agresivo plan que hemos puesto en marcha para la exploración robótica de Marte. La próxima misión no tripulada de EE UU a Marte está programada para despegar del Centro Espacial Kennedy en noviembre. La seguirá una segunda misión en diciembre. Os tengo que decir que la primera misión está programada para aterrizar en Marte el 4 de julio de 1997, Día de la Independencia.

Vale la pena saber cómo hemos llegado a este descubrimiento. Hace más de 4.000 millones de años, este trozo de roca se formó como parte de la corteza original de Marte. Después de miles de millones de años, se separó de la superficie y comenzó un viaje espacial de 16 millones de años que terminó aquí en la Tierra. Llegó como parte de una lluvia de meteoritos hace 13.000 años. Y, en 1984, un científico estadounidense de una misión anual del Gobierno para buscar meteoritos en la Antártida lo descubrió y recogió para estudiarlo. Fue el primer meteorito recuperado aquel año: su número de roca es el 84001.

Hoy, la roca 84001 nos habla a través de todos esos miles de millones de años y millones de kilómetros. Habla de la posibilidad de vida. Si este descubrimiento se confirma, seguramente será una de las revelaciones más sorprendentes de nuestro universo que haya hecho la ciencia. Sus implicaciones son tan trascendentales e impresionantes como pueda imaginarse. A pesar de que promete respuestas a algunas de nuestras más antiguas preguntas, plantea otras aún más fundamentales.

Vamos a seguir escuchando con atención lo que tenga que decirnos a medida que continuamos la búsqueda de respuestas y de conocimiento que es tan antigua como la Humanidad misma, pero esencial para el futuro de nuestro pueblo.

Gracias.

Nota publicada en Magonia el 30 de septiembre de 2016.


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