Quien más, quien menos, muchos de ustedes recordarán la primera vez que vieron al padre Karras intentando expulsar al demonio de la pequeña Regan. Yo tenía 14 años cuando leí El exorcista (1971), la novela de William Peter Blatty que sirvió de base a la extraordinaria película de 1973 de William Friedkin, que no vi hasta bastantes años después de estrenarse en los cines. El libro me impresionó tanto, pasé tanto miedo y disfruté tanto con él, que lo guardo con especial cariño y aproveché el pasado verano para releerlo.
Comienzo del reportaje publicado en el diario El Correo el 19 de noviembre de 2019.