Profesores de centros escolares y universitarios vascos han recibido en las últimas semanas un mensaje de correo de la Asociación Educación Basada en la Conciencia (AEBC) en el que les invita a asistir a un seminario sobre neurociencia del aprendizaje que se celebrará mañana en el centro municipal de Deusto, en Bilbao. La maniobra se enmarca dentro de la campaña de la secta Meditación Trascendental (MT), en cuya órbita está esa organización, para tratar de colar en la educación pública las enseñanzas de Maharishi Mahesh Yogi, el guía espiritual de los Beatles.
Justo hace un año, Alejandro Sanz, director de la AEBC, decía en la revista Más Allá que habían estado varias veces «muy cerca de conseguir que algún centro educativo» de nuestro país adoptara las prácticas del gurú de la risa tonta -se le llamaba así por su tendencia a ella durante las entrevistas televisivas-, pero al final no había podido ser porque las autoridades lo habían impedido. Supongo que ahora la estrategia pasa por intentar convencer a los docentes de las bondades de la meditación, demostradas sólo por adeptos a la MT, y que sean los educadores los que se conviertan a la fe e introduzcan las enseñanzas del santón indio en las aulas o exijan a las autoridades que lo hagan para conseguir que haya «estudiantes y profesores, felices, creativos y armoniosos».
Entre otras cosas, el mensaje de correo que han recibido los docentes vascos dice:
Según un estudio del doctor Orme-Jonhson, del departamento de Psicología de la Universidad Maharishi de Administración de Empresas (MUM) en Fairfield, Iowa (EE UU), el estrés en la sociedad favorece que muchos de sus miembros consuma drogas y alcohol, y esto a su vez lleva a la mayoría de los delitos violentos que, al producirse, generan una gran tensión y estrés en la sociedad, que a su vez hace que se repita indefinidamente el proceso anterior. La única manera de romper este círculo vicioso es disminuir directamente el estrés social y esto se consigue fácilmente con grupos de personas (por ejemplo, en los centros educativos) practicando regularmente las tecnologías de la consciencia que promueve la EBC. Con esto se reduce la violencia, tanto en el ámbito educativo como en la sociedad, dejando el camino libre a la paz y la prosperidad». (He corregido un poco la puntuación del texto para hacerlo legible).
Es algo que los seguidores de MT llevan repitiendo años y que, por supuesto, nunca han demostrado: que la meditación reduce los niveles de violencia, que es «un medio de hacer una sociedad más pacífica e integrada». Según los discípulos del fallecido santón -que dejó en este mundo una fortuna de más 2.000 millones de euros recaudados gracias a cursos de levitación y meditación-, su técnica propicia el vuelo yóquico, la levitación en posición de loto, y cuando muchos practicantes meditan conjuntamente se da en la región sobre la que se concentran el llamado efecto Maharishi, que hace que desciendan «la violencia, el crimen, los accidentes de tráfico y los suicidios, y mejora la calidad de vida.
Los responsables de MT suelen decir que, en el verano de 1993, 5.000 miembros del grupo meditaron durante dos semanas en Washington y lograron que descendiera el crimen en la ciudad un 18%. La realidad fue que la criminalidad aumentó, aunque los defensores de MT dicen que se redujo un 18% respecto a las cifras que hubiera alcanzado sin meditadores. Como recuerda Robert L. Park en Ciencia y vudú (1999), cuando el director del estudio, un devoto de MT, presentó tal éxito en rueda de prensa, un periodista de The Washington Post puso el dedo en la llaga: «Pero ¿cómo puede saber cuál habría sido el índice en ese caso (en el que no hubiera habido meditadores)?». Esa estrategia, la de la ausencia de grupos de control, es habitual en todos los estudios que han confirmado las supuestas bondades de la MT.
Después de los atentados del 11-S, el bueno de Maharishi Mahesh Yogi anunció que el antídoto contra el terrorismo islámico era la formación de 40.000 expertos en MT que levitaran y crearan un campo de paz y armonía mundial. Necesitaba, claro, 1.000 millones de dólares sólo para cubrir gastos. Ningún Gobierno picó el anzuelo. Por si alguien tiene alguna duda, las fotos de adeptos de la secta levitando son, por supuesto, otra cosa: instantáneas de los seguidores del gurú dando saltitos en posición de loto sobre colchonetas y captados en el aire antes de caer.
Vuelo yóguico pacificador
Los supuestos beneficios de la MT no son más que los de la siesta. Todas las investigaciones que sostienen que se trata de un sistema prodigioso de relajación están firmadas por seguidores del gurú y adolecen de fallos metodológicos que las invalidan. Así, en junio pasado, después de anunciar la publicación de los resultados de un estudio según el cual la MT reduce las muertes entre enfermos cardiacos, la revista Archives of Internal Medicine retiró a última hora el artículo para examinar algunos datos estadísticos. Nunca más se ha sabido de él. Quienes pudimos leerlo habíamos detectado inmediatamente un fallo evidente para cualquiera con dos dedos de frente: se comparaban los efectos de la MT con los de no practicarla, pero no con los de cualquier otro sistema de relajación.
Hace dos años, el grupo consiguió durante un tiempo que Eurekalert!, el servicio de información de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), se hiciera eco de otro estudio de la MUM según el cual “los ejércitos de todo el mundo podrían usar la MT y el programa MT-Sidhi, creados por el Maharishi Mahesh Yogi, como un medio no religioso y científicamente probado para prevenir la guerra y el terrorismo. Cuando se emplean en un contexto militar, estas prácticas de meditación se denominan Tecnología de la Defensa Invencible (IDT)«. Al final, el servicio de noticias de la AAAS eliminó la nota de su portal por considerar que no cumplía con los mínimos criterios de rigor exigidos. «El comunicado de prensa al que hace referencia fue publicado por error y ha sido eliminado de nuestro sitio web», me dijo un responsable de Eurekalert! cuando pedí explicaciones.
Ésta es la realidad que se esconde tras el seminario dirigido a educadores que mañana se celebra en Bilbao. Un encuentro que está organizado por una entidad que forma parte del entramado creado a mayor gloria de Maharishi Mahesh Yogi, que quiere infiltrarse en la educación pública vasca.
Nota publicada en Magonia el 28 de marzo de 2012.