Cuando, hace unos meses, la astrofísica Inés Rodríguez Hidalgo, directora del Museo de la Ciencia de Valladolid, me invitó a participar en la segunda edición del ciclo Increíble… pero falso, no podía decir que no. Nos conocemos desde hace años y, además de amiga, es una científica volcada en la divulgación y la denuncia de la pseudociencia. Tenía varios posibles temas en cartera para mi charla, pero Inés me dijo que le apetecía que hablara de El fin del mundo de 2012 y otros enigmas del pasado. El título, que me encanta, es de ella, y yo, que soy débil, me apropié de él y me puse inmediatamente a buscar un hilo conductor. Creo que lo he encontrado.
Así que, el próximo jueves a las 19 horas, hablaré en el auditorio del Museo de la Ciencia de Valladolid de algunas de esas obras de la Antigüedad que se vinculan con saberes perdidos e inteligencias alienígenas. No de todas, porque es imposible: no daría tiempo ni en una jornada entera. Piensen en las pirámides, la Atlántida, las pistas de Nazca, los dogones y el enigma de Sirio, el Arca de la Alianza, las calaveras de cristal, las estatuas de la isla de Pascua, el mapa de Piri reis, las piedras de Ica, Stonehenge… Así que, para acompañar al fin del mundo de 2012, he seleccionado un puñado de misterios, a los que se sumarán otros que, seguramente, saldrán durante el coloquio posterior a la charla. Ya saben, si están el jueves por Valladolid, será un placer saludarles.
Nota publicada en Magonia el 15 de marzo de 2012.