Santiago Segura reivindica a Houdini tras participar en una fraudulenta sesión de espiritismo de Anne Germain

Santiago Segura es un cachondo y, por eso, no dudó en asistir hace unos días al show de la médium inglesa de Telecinco. Lo hizo previo pago, según El Confidencial Digital, como todos los famosos que acuden a Más Allá de la Vida, programa en el que Anne Germain recurre a burdos trucos para simular ponerse en contacto con los muertos. Seguramente, lo que no se esperaban en la cadena amiga es que un invitado les saliese rana. Hay dos tipos de individuos que se derriten ante la médium inglesa: los ingenuos, carentes del mínimo sentido crítico, y los vendidos, dispuestos a decir que sus poderes son prodigiosos cheque mediante. Pero Segura ha roto los moldes y, a pesar de haber cobrado, ha dicho lo que piensa, que Anne Germain se limita a soltar generalidades.

«¿Qué hay de cierto en lo que cuentan de que la médium de Telecinco no acertó nada, dijo generalidades y te decepcionó?», pregunté al actor en Twitter hace once días nada más enterarme de la historia. «Me identifico con Harry Houdini. Quiero creer, pero no me creo nada», respondió. Y añadió: «Y es que, Luis Alfonso, somos muchos los escépticos, pero dispuestos a ser sorprendidos, convencidos o sacados de nuestro error; pero en ningún momento a ser manipulados, sugestionados o tomados por tontos. La puerta está abierta». ¿Cabe respuesta más escéptica? Personalmente, estoy dispuesto a que Anne Germain intente ponerse en comunicación con alguno de mis parientes fallecidos y rectificaré en todo cuanto pienso de ella y de sus colegas si ofrece pruebas concluyentes de que hace lo que dice que hace. Si, ya sé, juego con ventaja, pero, si no me ofreciera a algo así, algunos dirían que tengo la mente cerrada. La tengo abierta: si la médium de Telecinco me cuenta algo que sólo sabíamos uno de mis seres queridos ya desaparecidos y yo, me convierto al espiritismo. Sólo pido una prueba concluyente. ¿Es demasiado?

En su extraordinario libro La ciencia y sus demonios, Carl Sagan recuerda con dolor la muerte de sus padres. «Todavía los echo terriblemente de menos. Sé que siempre será así. Anhelo creer que su esencia, sus personalidades, lo que tanto amé de ellos, existe -real y verdaderamente- en alguna otra parte. No pediría mucho, sólo cinco o diez minutos al año, por ejemplo, para hablarles de sus nietos, para ponerlos al día de las últimas novedades, para recordarles que los quiero». A él -como a Segura, como a mí, como a todos los que tenemos una edad y ya hemos perdido seres queridos-, nos encantaría creer, pero… Como Sagan, «no me río de la mujer que visita la tumba de su marido y habla con él de vez en cuando, quizá en el aniversario de su muerte. No es difícil de entender. Y, si tengo dificultades con el estado ontológico de la persona con quien habla, no importa. No se trata de eso. Se trata de que los humanos se comportan como humanos». Pero, también como Sagan, sé que el espiritismo es un timo desde sus orígenes, que los médiums de la tele recurren a trucos y sólo cuentan a sus clientes generalidades o cosas de su vida que han averiguado por medios nada sobrenaturales. Por eso, estoy del lado de las víctimas de unos personajes despreciables que sacan tajada de algo tan humano como el dolor por la pérdida de los seres queridos.

Me quedé con las ganas de seguir hablando el otro día con el padre de Torrente sobre su experiencia en Más Allá de la Vida, pero el actor ha declinado después responder a más preguntas mías. Lo que sé es que ni su referencia a Harry Houdini es gratuita ni su escepticismo, una pose. Por si lo dudan, aquí les dejo una selección de intervenciones del actor en un debate sobre la existencia de los extraterrestres emitido por ETB en abril de 1994 en el que compartimos bando. Segura pide pruebas, que es lo que tenemos que hacer siempre los escépticos, y tiene una frase que me encanta dirigida a un contactado: «Yo te respeto, pero no te creo». En aquel programa, tuvimos enfrente a Urtzi Ihitza, quien sostiene que viene de Marte y defiende que los vascos «vinimos de Orión y nos convertimos en pastores», «estuvimos de paso por la Atlántida» y el euskera es una de las 72 lenguas surgidas de la confusión tras la caída de la Torre de Babel.

Nota publicada en Magonia el 11 de agosto de 2011.


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