Jean-Charles de Fontbrune, el intérprete más popular de Nostradamus, murió el martes de la semana pasada en Brive-la-Gaillarde (Francia) a los 75 años. Nacido como Jean Pigeard de Gurbert y visitador médico, saltó a la fama como exégeta del vidente francés en 1980 con la publicación de Nostradamus: historiador y profeta, y escribió nueve libros sobre el personaje. El primero se convirtió en un superventas después de que, el 13 de mayo de 1981, Mehmet Ali Agca intentó asesinar a Juan Pablo II y seguidores de Fontbrune vieron en su obra una predicción del atentado. En Nostradamus: historiador y profeta, del que se vendieron 232.000 ejemplares en tres meses, atribuía a Michel de Notredame (1503-1566) la visión del ascenso de Napoleón y el pacto entre Hitler y Stalin. Encontrar predicciones de hecho ocurridos, como hacía Fontbrune en su debut editorial, es lo más fácil del mundo. Los problemas surgen cuando uno intenta predecir el futuro de verdad, como dejó claro él mismo.
Mi primer recuerdo de este visionario es un recorte de prensa de El Correo, de noviembre de 1985, en el que vaticinaba, a partir de las cuartetas del vidente francés del siglo XVI, que Juan Pablo II iba a morir el 13 de diciembre de 1986 en Lyon. En 1990, con Karol Wojtyla todavía en este mundo ajeno, Fontbrune anunció que en julio de 1999 «la gran banda y secta anticristiana de musulmanes se levantará en Irak y Siria, cerca del Éufrates, con un ejército blindado y considerará la ley cristiana como su enemigo», y que «el jefe árabe desencadenará la guerra y la subversión contra la soberanía monárquica y el poder de la Iglesia sucumbirá en una invasión marítima». En junio de 1995, El País se hacía eco de que, según el intérprete de Nostradamus, Juan Carlos I iba, tres años después, a salvar a España y parte de Europa de un ataque conjunto de China, Rusia y el Islam, que iba a provocar una guerra que iba a durar hasta 2025 y a consecuencia de la cual «dos tercios de la Humanidad morirán». En julio de 1999, París desaparecería y Aviñón pasaría a ser la capital de Francia.
Esta sucesión de fracasos no minó entre los seguidores de lo paranormal el crédito de Fontbrune, que siguió escribiendo obras de éxito y cuyo padre también había sido intérprete de las cuartetas del vidente. En su último libro, del año pasado y titulado Nostradamus l’avait prédit (Nostradamus lo había predicho), Jean-Charles de Fontbrune volvía a sus orígenes y aseguraba que en los textos del astrólogo francés estaba anunciada la crisis económica actual. ¿Por qué no nos avisó antes?
Nota publicada en Magonia el 17 de diciembre de 2010.