En mitad de la crisis económica más grave que hemos conocido la mayoría, Pedro Justicia, alcalde socialista de Bélmez de la Moraleda, va a destinar 587.000 euros de fondos europeos a la creación de un museo sobre las caras de Bélmez, el más famoso fraude parapsicológico de la España tardofranquista. El edificio empezará a construirse en otoño y costará 858.000 euros, 587.000 procedentes de la Unión Europea, 208.000 de la Diputación de Jaén y 42.000 del Ayuntamiento de Bélmez, según informa Ideal. ¿Qué pensarán en Bruselas de que nuestro país, con la que está cayendo, despilfarre medio millón de euros de fondos europeos en un museo que fomenta el pensamiento mágico, la incultura y la superstición?
El misterio de Bélmez nació el 23 de agosto de 1971 cuando María Gómez Cámara, una vecina del pueblo, creyó ver una cara en una mancha de grasa en el suelo de la cocina de su casa. Esa primera cara fue destruida, pero pronto apareció una segunda que hizo al fenómeno merecedor de una página entera de Ideal. Llegaron los parapsicólogos y los periodistas, y la mujer y su familia hicieron negocio cobrando la entrada a la casa y vendiendo fotos a los curiosos. Los periódicos que cubrieron la historia aumentaron la tirada espectacularmente; pero al final acabó desvelándose el fraude: las caras eran pintadas.
Veinticinco años después, cuando sólo se acordaban de ellas cuatro gatos, Iker Jiménez y Lorenzo Fernández las resucitaron en la revista Enigmas, donde anunciaron en 1997 que iban a presentar «la prueba definitiva de que los rostros de Bélmez de la Moraleda no son un fraude». Sobra decir que nunca la presentaron porque tal prueba no existe, pero, desde entonces, se han sucedido los libros, a cada cual más disparatado, para seguir sacando dinero a un misterio cutre que empezó con una mancha de grasa en la que una mujer creyó ver una cara y continuó con otras manchas retocadas o directamente pintadas por diferentes personas a lo largo de los años.
Pues bien, en vez de dar carpetazo a este episodio vergonzoso de la historia de Bélmez de la Moraleda, el alcalde del pueblo, Pedro Justicia, del PSOE, quiere ahora perpetuar el engaño a costa de las arcas públicas. ¡Qué vergüenza! ¡Es que nadie puede parar ni aquí ni en Bruselas a esta tomadura de pelo!
Nota publicada en Magonia el 5 de junio de 2010.