Un carpintero demuestra cómo pudieron moverse las grandes piedras de las pirámides y Stonehenge

Wallace T. Wallington, un carpintero jubilado de Michigan, es la viva demostración de cómo bastan el ingenio y la física para que un hombre mueva grandes bloques de piedra como los de las pirámides de Giza, Stonehenge y Pascua. «Es más técnica que tecnología», explicaba hace seis años en Free Republic, meses después de que Discovery Channel grabara cómo él solito mueve y levanta bloques de varias toneladas. No utiliza para ello ningún tipo de grúa; únicamente medios que ya estaban al alcance de nuestros antepasados de la Edad de Piedra: madera, cuerdas y piedras.

«He descubierto que un solo hombre puede hacer la tarea [de mover grandes bloques] sin ruedas, rodillos, poleas o cualquier tipo de equipos para levantar [pesos]», explica en su web.Todo empezó hace veintiún años cuando Wallington se enfrentó al reto de sacar de un suelo bloques de hormigón de 550 kilos cada uno sin emplear maquinaria porque ésta no llegaba hasta ellos. La alternativa era partir los bloques. «Me parecía demasiado trabajo, así que improvisé», recuerda. Con palancas y piedras, consiguió sacarlos él solo hasta donde alcanzaba la maquinaria. Nueve años después, cuando se jubiló, decidió dedicarse a explorar cómo podían moverse las grandes piedras con las que se construyeron monumentos de la Antigüedad como la Gran Pirámide. Porque este carpintero no cree que ni marcianos ni atlantes levantaran esas edificaciones. «Si han existido esas grandes civilizaciones, ¿por qué no hemos encontrado sus teléfonos móviles y ordenadores portátiles?», se preguntaba en 2004 en Free Republic.

Wallington explica en su web que lo primero que hizo fue descargar del camión con sus métodos las grandes piedras que había pedido para experimentar y comprobar que podía moverlas por el terreno de su casa «con muy poco esfuerzo». Con el paso del tiempo y la práctica, comprobó que podía «mover fácilmente un bloque de 1.100 kilos unos 90 metros por hora con poco esfuerzo y un bloque de 4.500 kilos, unos 20 metros por hora». Y levantó su primer mini-Stonehenge con tres piedras de 1.100 kilos, una de ellas colocada a modo de dintel sobre las otras dos a 2,5 metros de altura sin usar maquinaria. «He comprobado que, para mover grandes pesos, sólo se necesitan sencillas herramientas de madera y la gravedad. No se requiere nada rígido. No se necesita levantar el peso para moverlo de un lugar a otro. Las piedras son excelentes puntos de apoyo y de giro». Y lo demuestra sobre el terreno, moviendo piedras enormes sin apenas esfuerzo; elevando, a modo de prueba, un bloque de 80 kilos hasta 3 metros de altura en sólo 6 segundos; y poniendo en vertical un pilar de 8,5 toneladas y unos 8 metros de altura él solo. Él llama a su conjunto de técnicas la tecnología olvidada.

Este carpintero hace todo el trabajo con palancas, dispositivos manuales de madera ideados por él y piedras. Y piensa, lógicamente, que los egipcios y otros pueblos pudieron hacer lo mismo, en contra de los prejuicios de quienes sostienen que los grandes monumentos de la Antigüedad de fuera de Europa fueron obra de extraterrestres o de habitantes de la Atlántida. Wallace T. Wallington calcula que podría construir la Gran Pirámide con menos de mil hombres en veinticinco años, a razón de 40 horas de trabajo semanales durante 50 semanas al año. Quizá sea muy optimista en sus cálculos; pero no cabe duda de que es más realista que quienes consideran que los antiguos, por el mero hecho de serlo, eran tontos. No, en la Antigüedad hubo muchos hombres de gran ingenio como ahora los hay carentes de él y que creen que nuestros antepasados no blancos necesitaron de poderes extraordinarios para sus grandes logros constructivos.

Nota publicada en Magonia el 25 de enero de 2010.


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