¡Impresionante lo de la Cadena SER! Se hace eco hoy, en su sección de noticias de Cultura, de la historia de «Alan Davis, ingeniero jefe de la NASA entre 1959 y 1973», quien «afirmó haber visto en las grabaciones obtenidas desde el satélite [por los astronautas del Apollo 11] los restos de unas ruinas milenarias». Es el mismo cuento chino que ya vendió en Cuarto milenio en su día Iker Jiménez, pero ahora avalado por los servicios informativos de la cadena de radio más oída de España.
El tal Davis decía ser ingeniero de telecomunicaciones y que, en la noche de la llegada del hombre a la Luna, había visto en la estación de la NASA de isla de Antigua unas imágenes que ocultó al resto del mundo. Según Jiménez y sus colaboradores, era el encargado en la base caribeña de cortar la señal de televisión si sucedía algo inconveniente, y es lo que hizo cuando los astronautas del Apollo 11 se dieron de bruces con los edificios extraterrestres. Pero la realidad es otra.
«Es mentira. Nadie podía cortar la señal. Todo eso de las ruinas en la Luna no son nada más que tonterías», me decía hace un año Luis Ruiz de Gopegui, director de la Estación de Seguimiento de Fresnedillas de la NASA en tiempos del proyecto Apollo. La historia de las ruinas lunares extraterrestres, que tan bien explotó Juan José Benítez en su serie Planeta encantado, es tan real como un cuento de Harry Potter, aunque la SER nos la intente vender como una noticia, contaminando sus servicios informativos de pseudociencia y conspiranoia.
Nota publicada en Magonia el 24 de mayo de 2009.