Le llamaban el gurú de la risa tonta por su tendencia a ella durante las entrevistas de televisión. Maharishi Mahesh Yogi, el maestro espiritual de los Beatles y líder de la secta Meditación Trascendental (MT), murió ayer a los 91 años en Vlodrop (Holanda). Su imperio terrestre estaba valorado a finales de siglo en más de 3.000 millones de dólares (2.047 millones de euros), en propiedades adquiridas gracias a lo que pagan desde hace décadas por aprender a meditar quienes creen que así accederán a un estado alterado de conciencia.
En realidad, los efectos de la meditación trascendental en el organismo son equiparables a los de la simple relajación. Sumen, a la existencia de una legión de crédulos, el apoyo de estrellas del mundo del espectáculo -tan proclives a la espiritualidad de pacotilla- para explicarse el rentable éxito de este santón indio. Su secta también comercializa la meditación como solución a conflictos armados y para propiciar el descenso de la criminalidad -extremos que nunca han logrado-, además de prometer a sus seguidores la capacidad del vuelo yóguico, la levitación. Las imágenes promocionales de adeptos de MT flotando felices en posición de loto corresponden, sin embargo, a instantáneas tomadas durante saltos que dan en esa postura sobre colchonetas. Es para reírse, y eso hacía Maharishi Mahesh en la tele en cuanto podía.
Información publicada en Magonia el 6 de febrero de 2008.