La clarividencia de Iker Jiménez me impresiona. El País Semanal cerró el domingo el Año de la Ciencia con una entrevista promocional al inventor del misterio del astronauta fantasma, en la que se pone a jugar a adivino y sentencia que 2008 nos va a deparar «sorpresas en el espacio. Vida microorgánica en Europa, satélite de Júpiter. Hallazgos de los efectos del cambio climático en criaturas abisales. ¡Y novedades arqueológicas!». Lo primero y lo último son perogrulladas: todos los años hay descubrimientos en ciencias espaciales y arqueología. Lo del medio, tonterías. ¿De dónde saca la idea de que se va a hallar vida microbiana en Europa, la luna helada de Júpiter? ¿No será que ha leído hace poco 2010, odisea dos, de Arthur C. Clarke, y ha confundido -otra vez- ficción con realidad?
Europa es un buen candidato a la búsqueda de vida, que, de existir, se encontraría en el océano planetario que parece haber debajo de la capa de hielo -de varios kilómetros de grosor- que cubre la superficie de ese mundo. Lamentablemente, diga lo que diga Jiménez, no hay modo de que este año se avance en ese terreno porque no hay ningún ingenio humano por las inmediaciones de la luna joviana. Respecto a lo de las criaturas abisales y el cambio climático, suena menos mal, pero me temo que estamos ante otra especulación sin sentido, como la que hicieron algunos medios tras la aparición de un tiburón anguila moribundo en Japón hace casi un año. No sé por qué me da que la clarividencia del profeta milenarioes equiparable a la de Aramís Fuster.
Las declaraciones de Jiménez forman parte de una entrevista cuyo objetivo es anunciar que El País va a sacar una colección de DVD-libros de Cuarto milenio, en la que la estrella paranormal de Prisa suelta otra de esas tonterías que se le escapan en cuanto tiene oportunidad de hilar dos frases. Así, se desmarca de los conspiranoicos lunares, pero sólo un poco. No en vano, un miembro destacado de su equipo es Santiago Camacho, quien ha utilizado en apoyo de la falsedad de los alunizajes una cita de Maria Blyzinsky, del Observatorio de Greenwich, que ella nunca dijo. Dice Jiménez que es la teoría de la conspiración mas sobrevalorada, aunque añade que «hay cosas raras, cierto. Fotos extrañas. Creo que hubo ensayos en platós por si todo fallaba y al final se difundieron imágenes de esos ensayos». Sí, Iker, sí, y los tontos de los soviéticos tragaron el anzuelo cual espectadores de tus programas de radio y televisión.
Nota publicada en Magonia el 4 de enero de 2008.