El fin del mundo está próximo. La última señal: un tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus) capturado el domingo en un puerto cercano a Shizuoka, al sur de Tokio (Japón). El tiburón anguila vive entre los 600 y 1.000 metros de profundidad, apareció en el Cretácico superior -en tiempos de los dinosaurios- y desde entonces prácticamente no ha cambiado. Por eso, se considera un fósil viviente. Las redes de los pescadores han capturado ejemplares en diversas partes del mundo, pero nunca hasta ahora se había filmado uno vivo. El animal, una hembra de 1,6 metros, parecía débil. Los científicos del Parque Marino de Awashima lo capturaron y lo trasladaron a una piscina de agua salada donde lo filmaron nadando, y abriendo y cerrando sus fauces. Dos horas después, murió. Al parecer, estaba enfermo y eso le había hecho abandonar su hábitat y subir a la superficie. ¿Seguro? No. Para Informativos Telecinco, estamos ante lo que podría ser una consecuencia del cambio climático. El fin de los tiempos se acerca y las bestias emergen de las profundidades…
Nota publicada en Magonia el 25 de enero de 2007.