Einstein y la telepatía

Albert Einstein en 1947
Albert Einstein en 1947

¿Por qué Albert Einstein o Carl Jung creían en fenómenos como la telepatía, y hoy universidades tan prestigiosas como Princeton los investigan desde un punto científico?». Me encontré está pregunta hace unos días en el dossier de prensa de 666. Todo es Infierno (Plaza & Janés), el nuevo libro de David Zurdo y Ángel Gutiérrez, autores de Sindonem (2000), rebautizado después como El último secreto de Da Vinci (2004) para aprovechar el tirón de la obra de Dan Brown. La interrogante da por hecho que Einstein creía, al menos, en la telepatía. No sé si es uno de los hechos reales en los que se apoya la novela de Zurdo y Gutiérrez; lo que sé es que es falso.

La idea de que Einstein creía en la telepatía se basa en el prólogo que escribió para el libro Mental radio, de su amigo Upton Sinclair. El texto de Einstein, tomado de la obra de Martin GardnerLa ciencia. Lo bueno, lo malo y lo falso (1981), dice:

He leído el libro de Upton Sinclair con gran interés y estoy convencido de que merece la más atenta consideración no sólo por parte de los legos, sino también de los psicólogos profesionales. Los resultados de los experimentos telepáticos minuciosa y exhaustivamente expuestos en este libro, desde luego van mucho más allá de lo que considera imaginable un investigador de la naturaleza. Por otra parte, en el caso de un observador y escritor tan meticuloso como Upton Sinclair, está absolutamente descartada la posibilidad del ejercicio de fraude consciente del mundo sometido a estudio; su buena fe y confiabilidad no admiten ninguna duda. así pues, si de alguna manera los hechos que aquí se exponen carecen de base telepática, pero tienen su origen en cierta influencia hipnótica inconsciente entre dos personas, eso también sería de un gran interés psicológico. En ningún caso, los círculos interesados en materia de psicología deben ignorar este libro.

Esta cita suele ser usada por los partidarios de lo paranormal para destacar el apoyo de Einstein a la parapsicología. Sin embargo, ignoran otra carta posterior en la que explica por qué dice en esas líneas lo que dice. La misiva se la escribió al psicoanalista Jan Ehrenwald -que falleció el 5 de febrero-, tras haber recibido de él un ejemplar de su libro Telepathy and medical psychology (1946) para ver si se lo prologaba, está tomada de la misma obra de Gardner y dice así:

Estimado Dr. Ehrenwald:

He leído con gran interés la introducción a su libro, así como el relato de todas las experiencias desagradables que ha padecido, como tantos otros de los nuestros. me alegra mucho que haya conseguido emigrar a este país, y espero que encuentre aquí las posibilidades de realizar una labor fructífera. Hace varios años leí el libro del D. Rhine. No he conseguido encontrar explicación a los hechos que él enumeraba. Considero muy extraño que la distancia espacial entre dos sujetos (telepáticos) carezca de relevancia de cara al éxito de los experimentos estadísticos. Esto me sugiere un indicio muy firme de la posibilidad de implicación de una fuente no identificada de errores sistemáticos.

Elaboré la introducción al libro de Upton Sinclair debido a mi amistad personal con el autor, y lo hice sin revelar mi falta de convicción, pero también sin ser deshonesto. Admito francamente mi escepticismo con respecto a todas estas creencias y teorías, escepticismo que no es producto de un conocimiento adecuado de los hechos experimentales relevantes, sino más bien de toda una vida dedicada a la física. Más aún, debo admitir que jamás he tenido una experiencia que arroje luz alguna sobre la posibilidad de comunicación entre dos seres humanos que no estuviera basada en procesos mentales normales. Me gustaría añadir que, dado que el público tiende a conceder más peso a mis afirmaciones de lo que está justificado, debido a mi ignorancia en tantas y tantas áreas de conocimiento, me siento en la necesidad de prácticar la máxima cautela y limitación en el campo que nos ocupa. Sin embargo, me alegraría mucho recibir un ejemplar de su publicación.

Un amistoso saludo,

Albert Einstein

Einstein lo deja claro: «Admito francamente mi escepticismo con respecto a todas estas creencias y teorías, escepticismo que no es producto de un conocimiento adecuado de los hechos experimentales relevantes, sino más bien de toda una vida dedicada a la física». En otra carta posterior, del 8 de julio, explica que ha leído el libro de Ehrenwald «con gran interés» y que no puede llegar, como lego, a ninguna posición respecto al tema. Reconoce que negar a priori la telepatía no sería lógico, pero añade que sigue encontrando «sospechoso» que los efectos de los poderes paranormales no disminuyan con la distancia. Al final, rehúsa escribir el prólogo porque no se siente «lo suficientemente competente para hacerlo». No sé a ustedes, pero a mí la publicidad del nuevo libro de Zurdo y Gutiérrez me parece en lo que se refiere a Einstein, como poco, engañosa.

Nota publicada en Magonia el 5 de febrero de 2007.


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