Astrología contra la astrología

Programa de elaboración de cartas astrales.
Programa de elaboración de cartas astrales.

Jamás sospeché que un programa informático de confección de cartas astrales pudiera tener alguna utilidad para mí. Aún así, cuando en 2003 la revista Más Allá regaló uno, lo guardé. Dos años después, eché mano de él por primera vez y, desde entonces, lo utilizo en mi charla Experimentando lo paranormal, en la que pongo en jaque algunas creencias, con especial atención a la astrología y el espiritismo. Uno de los apartados consiste en la entrega a parte del público de una carta astral personalizada, para lo cual pido al organizador que con antelación me facilite nombre, lugar, fecha y hora de nacimiento de una decena de asistentes.

Unos días antes de la charla, me meto en mi gabinete secreto, me pongo el capirote de astrólogo, bajo las luces, enciendo el ordenador y arranco el programa, llamado Worlds of Wisdom (Mundos de la sabiduría) y que elabora cada carta astral según el día, la hora y el lugar indicados. Tengo que ser sincero: me importa un bledo si el programa presenta con fidelidad la posición de los planetas en la fecha y lugar correspondientes, así que nunca lo he comprobado. Sólo me interesa esta carta astral de colores llena de rayas y símbolos como efecto especial: otorga verosimilitud al documento que acompaña, un par de párrafos que definen la personalidad del destinatario. La definición del carácter es, en todos los casos, la misma; sólo cambian de género sustantivos, adjetivos y artículos, también para reforzar la idea de individualización.

El perfil personalizado se basa en uno escrito por el psicólogo Bertram Forer en 1948, al que yo he añadido un par de adornos astrológicos. El resultado final es el siguiente:

Necesita que los demás le quieran y le admiren; pero es crítico consigo mismo. Aunque tiene ciertas debilidades de carácter, generalmente es capaz de compensarlas. Posee considerables capacidades que no ha utilizado aún en su propio beneficio. La cuadratura del Sol con Neptuno muestra que suele desestimar su propia capacidad para triunfar y, por ello, a veces no hace realidad sus ideas. Es disciplinado y demuestra autocontrol exteriormente, pero tiene tendencia a ser inquieto e inseguro interiormente. En ocasiones, tiene serias dudas sobre si ha tomado la decisión correcta. Prefiere un poco de cambio y variedad, y no está satisfecho cuando se encuentra bloqueado por restricciones o limitaciones.

Marte hace que sea independiente, entusiasta y a menudo autodidacta. Se siente orgulloso de sí mismo como pensador independiente y no acepta las declaraciones de los demás sin pruebas suficientes. Necesita tiempo para aceptar ideas nuevas, aunque una pequeña vertiente bohemia y literaria hace que a veces actúe sin pensar y lamente después las consecuencias. A pesar de que sabe que no debe ser siempre así, no le gusta enfrentarse a los hechos de una forma fría y objetiva, y su sensibilidad le ocasiona dificultades de relación. Saturno eclipsa parcialmente las posibles tendencias científicas que pueda tener, aunque a veces surgen inesperadamente.

Considera imprudente ser demasiado sincero, mostrándose a los demás tal como es.

Tras grapar cada carta astral con su interpretación correspondiente -masculina o femenina-, la meto en un sobre dirigido al destinatario que entrego al principio de la charla. Mientras hablo de otras cosas con el resto del público, los que participan en el experimento leen la interpretación personal que de su cielo natal les digo que ha hecho para ellos un astrólogo amigo mío. Les explico que, como es un favor y no he pagado nada, el experto se ha limitado a retratarles en un par de párrafos. En general, los participantes dan una buena nota al astrólogo cuando les pregunto si se sienten identificados con el perfil. Y, poco más tarde, todos echan a reír cuando pido a uno que lea la primera frase; a otro, la segunda; a otro, la tercera…

Después de explicarles que la razón última del éxito del horóscopo es el efecto Forer -la tendencia a asumir como dirigidas a uno descripciones tan generales que pueden casar con cualquiera- y debatir sobre lo que hemos hecho, les animo a realizar un experimento en casa durante la próxima reunión familiar. Lo primero que hay que hacer es coger el periódico, abrirlo por el horóscopo y pedir a los presentes, uno a uno, que le digan cuál es su signo. Luego, hay que leer a cada uno una predicción que no se corresponda con su signo: a Aries la de Tauro, a Capricornio la de Leo… Nadie notará que le están tomando el pelo ni sentirá la predicción como ajena hasta que no se descubra el engaño. Supongo que algunos de los centenares de espectadores de todas las edades que ya me han sufrido con esta charla habrán hecho el experimento familiar, convirtiéndose en promotores del pensamiento crítico a través del horóscopo.

Si ustedes se animan a hacer algo parecido a lo que yo hago con la carta astral, hay muchos programas en la Red que dibujan la posición de los planetas -también funciona el engaño sin gráfico, pero es más divertido con él- y aquí tienen las versiones masculina y femenina de los perfiles astrológicos que yo uso. Piénsenlo: el mejor antídoto contra la astrología puede ser, a veces, la propia astrología.

Nota publicada en Magonia el 8 de marzo de 2010.


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