En el principio fue el platillo; aunque no tenía esa forma. Kenneth Arnold, un vendedor de equipos de extinción de incendios de 32 años, pilotaba su avioneta el 24 de junio de 1947 cerca del monte Rainier, en el estado de Washington, cuando le sorprendieron nueve objetos en formación que iban a gran velocidad. Contó a los periodistas que tenían forma de media luna y volaban «erráticos, como un platillo si lo lanzas sobre el agua». Horas después, los objetos aterrizaron en la prensa como moldes para tartas volantes (flying pie-pans), discos volantes (flying discs) y platillos volantes (flying saucers), la denominación más habitual.
Comienzo del artículo publicado en «¡Paparruchas!», en la web del Comité para la Investigación Escéptica (CSI), el 9 de mayo de 2024.
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