Tunguska, el Roswell siberiano

Una extraña luz iluminó la medianoche inglesa el 30 de junio de 1908. «Estaba al Noreste y era del color del fuego brillante, como la luz del amanecer y del anochecer. A cierta distancia por encima de la luz, que parecía estar sobre el horizonte, el cielo era azul como durante el día, con bandas de nubes luminosas rosáceas atravesándolo a intervalos», contaba el 2 de julio Katharine Stephen, vecina del pueblo de Huntingdon, en una carta publicada en The Times. La mujer, que había presenciado el espectáculo con su hermana desde su casa, aseguraba que a las 1.30 horas su habitación «estaba iluminada como si fuera de día». «Nunca había visto algo como esto en Inglaterra y sería interesante que alguien explicara la causa de una visión tan extraña», concluía.

Comienzo del reportaje publicado en la revista Muy Interesante (núm. 461, octubre de 2019).


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