Siempre ojo avizor, siempre vigilantes, los grandes medios de comunicación españoles acaban de enterarse de que la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda van a destinar cerca de 800.000 euros a la construcción de un museo de las caras de Bélmez, el más famoso de los fraudes de la parapsicología española. La instituciones local y provincial no correrán con todos los gastos, sino que contarán para este despropósito con 587.000 euros de fondos europeos. Y, claro, eso ha hecho a los grandes medios volver la mirada hacia el pueblo jienense como si hubiera algo nuevo bajo el Sol; pero es que no lo hay.
Que se va tirar en la promoción del engaño de las caras de Bélmez más de medio millón de euros procedente de fondos europeos se sabe desde hace trece meses. Fue el 4 de junio de 2010 cuando el dario Ideal, el mismo en el que nació el falso enigma el 16 de septiembre de 1971, levantó la liebre. Lo hacía la periodista Lorena Cádiz, quien explicaba que se iba a tratar de un edificio de 350 metros cuadrados repartidos en dos plantas. «En una de ellas se creará un centro de conferencias y actos, en la otra se harán dos salas. La primera albergará fotografías de las caras y en la otra se podrán oír psicofonías».
Al día siguiente, yo me preguntaba aquí: ¿Qué pensarán en Bruselas de que nuestro país, con la que está cayendo, despilfarre medio millón de euros de fondos europeos en un museo que fomenta el pensamiento mágico, la incultura y la superstición?. Dos días después, Mauricio-José Schwarz recordaba que en Bélmez no hay «nada que interpretar, salvo que las caras están mal pintadas (el artista era evidentemente un inepto), que no son ciertamente un «misterio» conocido en el mundo entero, como gustan de proclamar algunos mientras se llevan un euro al bolsillo, y que esto es una vergüenza y una picardía, pero venga la pasta». «Llegarán autobuses llenos de objetores de la inteligencia al pueblo para visitar el centro», lamentaba Javier Cavanilles el 13 de junio de 2010. Y, que yo sepa, los grandes medios no dijeron nada.
El pasado 15 de junio, Ideal informaba de que la Diputación de Bélmez había sacado a licitación la construcción del museo de las caras por 651.235 euros y que el plazo para participar se cerraba el 26 de junio. Y Juan Antonio Aguilera, bioquímico y compañero del Círculo Escéptico, publicaba cuatro días después una carta en el diario granadino, en la que decía:
Señor director de Ideal: Según informa su periódico, la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda han conseguido, gracias a una sustancial aportación del Fondo Europeo de Desarrollo Rural, reunir los 651.00 euros necesarios para la construcción del Centro de Interpretación de las Caras de Bélmez. Este centro-museo, en el que se expondrán fotos de las caras y se escucharán psicofonías, se espera que atraiga mucho turismo hacia el pueblo, y constituirá un hito para Andalucía y para España: será todo un Centro del Fraude y del Abuso de la Credulidad, construido a mayor provecho de los célebres carasde Bélmez. Llevan razón Iker Jiménez y otros personajes que viven del timo parapsicológico: «El enigma de Bélmez continúa», pero el enigma consiste en cómo puede perdurar hoy una ridícula engañifa que creíamos que sólo podía prosperar en la España tardofranquista más cutre e incauta.
El museo de Bélmez será el Museo de la Memez. Que el centro se vaya a construir donde había una escuela tiene enjundia simbólica: se sustituye la honesta promoción del conocimiento por la funesta difusión del embrutecimiento. Claro que, si en aquella escuela se educaron algunos de los promotores del museo, el fracaso escolar fue notable: les sugiero que pongan marcos vacíos, a ver si en ellos se aparecen caras de aquellos niños a modo de denuncia.
Y, ahora, trece meses después de que en provincias supiéramos lo que gestaba en Bélmez, y uno después de que la Diputación jienense sacara a licitación las obras de este museo del fraude, los grandes medios de Madrid se enteran de la noticia y nos descubren al resto la pólvora mojada: que la UE va a financiar un centro sobre las caras de Bélmez y que hay un alcalde socialista, Pedro Justicia se llama, dispuesto a gastarse medio millón largo de euros en la promoción de la incultura y el pensamiento mágico. De vergüenza la actitud de los políticos y partidos implicados en este disparate y preocupante la de unos grandes medios -cadenas de televisión generalistas, incluidas- que han llegado a la historia con más de un año de retraso. Ay, si se tratara de fútbol…
Nota publicada en Magonia el 5 de julio de 2011.