Un geocentrista y creacionista de la Tierra joven enseña matemáticas en la Universidad del País Vasco

Mapa con la Tierra en el centro del Sistema Solar, de la 'Harmonia macrocosmica' (1660) Andreas Cellarius.
Mapa con la Tierra en el centro del Sistema Solar, de la ‘Harmonia macrocosmica’ (1660) Andreas Cellarius.

«Génesis 1-3 es una descripción científica de la Creación ex nihilo sui et subiecti, tal como lo mantiene la Teología Natural católica. Aquí interpretamos literalmente Gen. 1, esto es, los días descritos son de 24 horas de duración, tal como es defendido por san Basilio, san Gregorio de Nisa, san Ambrosio, san Efrén el Sirio, san Ireneo y casi todos los Padres de la Iglesia». Éste es el encabezado de Creacionismo Especial, el blog de Juan Carlos Gorostizaga, profesor de matemáticas de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales de la Universidad del País Vasco (UPV). Licenciado en Ciencias Físicas, Gorostizaga es un devoto del creacionismo de la Tierra joven -cree que nuestro planeta fue creado por Dios hace 6.000 años- y del geocentrismo.

Así, el 6 de mayo pasado, escribía que «el Génesis es una narración histórica y precisa de los acontecimientos principales del origen de la Humanidad», y destacaba como hechos históricos fundamentales, entre otros, que «el Dios Uno y Trino creó la Tierra, el Universo y todo lo que éste contiene -incluido el hombre- desde la nada, hace unos 6.000 años»; que «Dios emplazó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, en el Paraíso y los sometió a una prueba de fidelidad. Engañados por Satanás, desobedecieron a Dios, por lo que fueron desterrados del Paraíso y su naturaleza –inicialmente íntegra- pasó a ser herida, sometida a la fatiga, enfermedades, corrupción, vicios, tentaciones… y muerte»; que, «hace unos 4.000-5.000 años, la Humanidad llegó a un nivel tal de degradación y corrupción que Dios tuvo que destruirla mediante un cataclismo global, el Diluvio Universal, del que únicamente se salvó Noé y su familia»; que, «no mucho después, por la rebelión de los hombres contra su Creador en Babel, Dios confundió las lenguas, lo cual originó que los hombres se subdividiesen en distintas tribus-naciones que se fueron desperdigando por toda la Tierra»… El autor es un literalista bíblico. Entre otras ideas disparatadas, abraza, por ejemplo, la de que los continentes pueden llegar a desplazarse hasta a metros por segundo y, por tanto, la tectónica de placas no demuestra que nuestro planeta tenga una antigüedad mayor que la calculada, a mediados del siglo XVII, por el clérigo anglicano James Ussher a partir de la Biblia.

«La Tierra se encuentra fija»

Gorostizaga, de cuyas disparatadas ideas me ha alertado Luis Cervantes, un lector de Magonia, a través de Twitter, cree que la Tierra es el centro del Universo. Su visión del Cosmos se basa en la de santa Hildegarda de Bingen, mística alemana del siglo XII. «Lejos de ser ingenuas, las visiones de Hildegarda, representan el más detallado tratado de cosmología jamás escrito», escribe el profesor de matemáticas de la UPV en su blog. Y explica: «La Tierra se encuentra fija en el baricentro del Universo, ni se traslada ni rota, es el firmamento como un todo el que rota en torno al eje NS terrestre una vuelta/día en sentido antihorario llevando consigo al Sol. En el éter del firmamento abundan corrientes (similares a las de los océanos), una de ellas empuja al Sol –con todos los planetas del plano eclíptico- en sentido horario, es decir, oponiéndose lentamente al movimiento diurno, siendo ello la causa por la que el Sol se retarda casi 1º al día (el día solar dura 24 horas, mientras que día sideral dura 23 horas 56 minutos)».

Sobran comentarios. No dudo de que Juan Carlos Gorostizaga tenga los conocimientos matemáticos necesarios para enseñar la asignatura que imparte en la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales de la UPV, pero me sorprende que alguien con una visión tan profundamente trasnochada y anticientífica del mundo en el que vivimos tenga hueco en las aulas en las que se forman los futuros marinos mercantes. ¡Ah!, lo más divertido de su bitácora es la advertencia respecto al derecho de admisión: «Cualquier cristiano, especialmente el católico, es bienvenido a este blog, sea él defensor del evolucionismo o del creacionismo. Por contra, no es bienvenida la persona de mala voluntad (ateos, revolucionarios, etc.)».

Nota publicada en Magonia el 10 de enero de 2011.


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