Donde dije digo, digo Diego. El Ayuntamiento de Roswell (Nuevo México, EE UU) acordó ayer destinar 150.000 dólares de su presupuesto a la edición de 2011del festival ovni anual que se celebra en la localidad en julio desde 1996 para conmemorar el accidente de un platillo volante en 1947. Es la misma cantidad de dinero que ha salido este año de las arcas municipales para el evento, una cifra que el concejal Dusty Huckabee, quien ha apoyado el acuerdo final, en junio consideraba «escandalosa» y creía que debía recortarse a entre 40.000 y 50.000 dólares.
El borrador del presupuesto local del año que viene no incluía hace tres meses partida alguna para el festejo de cuatro días porque la Corporación quería revisar las cuentas de la última edición, saber en qué se gasta el dinero público, antes d eponer un centavo más. Aunque las cuentas no llegarán a manos del alcalde y los concejales hasta septiembre, éstos decidieron ayer mostrar públicamente su apoyo al acto, que atrae a muchos turistas hasta el pueblo, respaldando su financiación por lo menos durante un año más. «Tenemos que ser responsables ante nuestros ciudadanos y la gente que viene a visitarnos», dijo Huckabee ayer. Y añadió: «Pero les garantizo que voy a estar vigilando como un halcón, y creo que estaremos todos en la mesa vigilando como halcones. Me habéis visto gritar antes, y gritaré de nuevo».
¿Qué harán los miembros de la Corporación de Roswell si las cuentas de la última edición del festival ovni no cuadran? ¿Es que debe destinarse dinero de los impuestos a financiar cualquier cosa si es económicamente rentable?
Nota publicada en Magonia el 26 de agosto de 2010.