¿Es ‘V’ la serie más reaccionaria de la televisión? La polémica ha llegado hasta la Casa Blanca

Anna, la lider de los lagartos de la nueva 'V', da su primera rueda de prensa al mundo.
Anna, la lider de los lagartos de la nueva ‘V’, da su primera rueda de prensa al mundo.

Los que peinamos canas -o ya ni las peinamos- recordamos V (1984) como una serie de televisión en la que los humanos luchaban contra unos invasores extraterrestres con reminiscencias nazis hasta en su emblema. De apariencia humana y fachada bondadosa, los visitantes eran en realidad lagartos que querían comernos y llevarse el agua de la Tierra. La nueva V, que emite en España el canal TNT, parte de la misma premisa: la llegada a nuestro planeta de unos alienígenas bienintencionados sólo aparentemente. Los episodios que hasta ahora he visto no aportan nada a la versión original, al contrario de lo que pasa con esa gran serie que es Battlestar Galactica (2004), pero en Estados Unidos ha generado bastante polémica su supuesto enfoque político.

El símbolo de los extraterrestres de 'V', la serie original.
El símbolo de los extraterrestres de ‘V’, la serie original.

Benjamin Svetkey se preguntaba el miércoles en PopWatch si V es el programa más reaccionario de la televisión estadounidense. «En la miniserie original, los alienígenas se desprendían de sus rostros humanos para revelar el lagarto que había debajo. En esta nueva versión, el rostro bajo la máscara se parece más a Barack Obama. De hecho, V podría ser el programa de televisión más paranoico y demencialmente reaccionario desde que Glenn Beck (showman ultraconservador) se hizo con un hueco en Fox News». ¿Es para tanto?

Svetkey y otros críticos aluden desde hace meses -aunque yo me he enterado del asunto ahora- no sólo al carácter mesiánico de los visitantes, presente ya en los lagartos de los años 80, sino también a la promesa de Anna, la líder de los invasores, de esperanza y cambio -palabras que usa la lagarta y que hizo suyas Obama para llegar a la Presidencia-, y la apertura en todo el mundo de centros médicos gratuitos que curan cualquier enfermedad. «He revisado las notas de producción para asegurarme de que Glenn Beck no era uno de los guionistas, y que los alienígenas no vienen secretamente de Kenia», escribía el 3 de noviembre James Poniewozik, crítico de televisión de la revista Time. Y la polémica llegó hasta lo más alto. En una rueda de prensa del 6 de noviembre, Robert Gibbs, jefe de prensa de la Casa Blanca, tuvo un cruce de impresiones con Tommy Christopher, reportero de la revista Asylum que quería saber qué pensaban en el equipo de Obama de V, y acabaron bromeando hasta de chips implantados. ¿Que no se lo creen? Aquí lo tienen subtitulado y con enlace a la transcripción oficial.

No sé… A mí me parece que es sacar un poco las cosas de quicio. Indudablemente, la ciencia ficción televisiva puede alimentarse de la realidad sociopolítica en la que se gesta, y ahí está Battlestar Galactica como reflejo de los miedos post 11-S. Pero ¿quiere decir eso que se trata de una serie reaccionaria porque los buenos empleen la tortura o justifiquen el asesinato de inocentes que consideran sospechosos? Yo creo que no, que Battlestar Galactica muestra al ser humano en una situación límite y nos devuelve nuestra imagen reflejada en un espejo deformado para que así la percibamos como si nos fuera ajena. ¿Y V? Pues es la vieja historia readaptada. ¿Y qué ansiamos más que la cura de todos los males? Me parece lógico que unos extraterrestres malos a rabiar empleen ese cebo, junto con el de la paz y el fin del hambre, para ganarse nuestra confianza. Lo único que no se le puede perdonar a una serie de ciencia ficción, o del género que sea, es que sea mala.

Nota publicada en Magonia el 14 de marzo de 2010.


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