Dan Aykroyd está convencido de que en 2012 «llegará el fin del mundo» en forma de cambio de conciencia y de que los ovnis desempeñarán un papel clave en el suceso. Se lo ha declarado a Doug Elfman, columnista de Las Vegas Review Journal, durante una visita que ha hecho a la capital mundial del juego para hacer publicidad de su Crystal Head Vodka, embotellado en una réplica de una de las famosas calaveras de cristal. Y es que el protagonista de Los cazafantamas (1984) cree en todo tipo de tonterías paranormales, desde los contactos con extraterrestres -es desde hace años benefactor del MUFON, una de las principales organizaciones ufológicas- hasta el poder de los cráneos de cuarzo, pasando por la vida después de la vida, las casas encantadas y el espiritismo.
«Como dice Shirley MacLaine, la luz va a salir en los próximos años, en 2012, y va a llegar una nueva percepción. Ya tenga que ver con el predominio de la materia oscura en el Universo -o con algún triunfo o dominación del bien y del mal-, la luz que conocemos ahora, sea buena o mala, va a cambiar. Va a ser un cambio de fase de la onda en todo, y eso es muy emocionante. No creo que sea algo destructiva. Creo que va a ser algo muy constructivo», ha dicho. Así que ya saben: nada de temer un fin del mundo al estilo del perpetrado por Roland Emmerich basándose en una inexistente profecía maya. Lo que va a pasar dentro de dos años, según el actor, es que vamos a vivir un cambio de mentalidad, como ya debimos de vivir otro el 11 de agosto de 1999, según Paco Rabanne.
Aykroyd explica en un vídeo promocional que siente fascinación desde niño «por el mundo invisible», que permite, según él, usar poderes sobrenaturales para «hacer realidad las cosas que deseas». Dice en su web que la botella de su vodka es una calavera de cristal en honor a los famosos cráneos de cuarzo a los cuales se atribuyen poderes mágicos y rememora la falsa leyenda maya según la cual hay trece calaveras mágicas de origen desconocido que fueron talladas hace miles de años, desafían las leyes de la física, tienen poderes sanadores y, cuando las reunamos todas, nos transmitirán conocimientos que cambiarán nuestra vida para siempre. Admite no saber si las reliquias son obra de los mayas, los atlantes o los extraterrestres, pero asegura que no presentan marcas de herramientas. Es el mismo cuento chino que se ha repetido una y mil veces, y cuya falsedad ha quedado demostrada científicamente.
Nada de eso importa a Aykroyd, quien asegura que la botella de su destilado «nos permite, si lo deseamos, conectar con el mensaje del propósito de la Cabeza de Cristal en la Tierra, la iluminación de la Humanidad, el despertar espiritual que puede ocurrir en todos nosotros y la aceptación de que hay más vida que la simple realidad material». Y lo dice sin ni siquiera esbozar una sonrisa. ¡No será que ha abusado del vodka?
Información publicada en Magonia el 19 de marzo de 2010.