Parece una broma, pero desgracidamente no lo es. La Universidad de Sevilla quiere formar a los vendedores de misterios del siglo XXI. Sólo así puede explicarse que, entre los actos conmemorativos del vigésimo aniversario de su Facultad de Comunicación, celebre del 13 al 16 de octubre las I Jornadas de Periodismo de Misterio e Investigación, protagonizadas por Nacho Ares, Miguel Blanco, Jesús Callejo, Francisco Contreras y Javier Sierra. Me he enterado de este disparate gracias al divulgador científico Mauricio-José Schwarz, quien dice, muy acertadamente, que lo que este encuentro promoverá «no sólo no es periodismo, sino que incorpora todos los elementos del antiperiodismo, de la ausencia de ética, del atropello de la deontología y de la falsificación de la realidad en aras del negocio». Recuerda Schwarz, entre otras cosas, cómo Sierra fue el principal valedor en nuestro país de la falsa autopsia del marciano de Roswell y Blanco, quien tiene un demencial programa en Radio Nacional de España, cree haber visto al Diablo en Haiti y en los poderes del agua imantada, entre otras tonterías.
Nadie duda de que vender misterios puede ser un buen negocio, pero considerarlo periodismo es un insulto a esta bella profesión. Porque lo que hacen éstos y otros autores sistemáticamente es disfrazar la realidad, a un muñeco de goma de extraterrestre, a una mariposa de platillo volante, a una silueta de cartón de fantasma, a una filmación encargada por ellos de pelicula secreta de la NASA en la Luna, a un joven arrollado por el tren de viajero del tiempo… Su máxima no es la de investigar los llamados misterios paranormales, porque eso desemboca en su explicación convencional, sino la de engordarlos. La organizacion de un acto como las I Jornadas de Periodismo de Misterio e Investigación por parte de la facultad de Periodismo de una universidad pública como la de Sevilla no sólo implica tirar dinero público por el retrete y convertir la Academia en difusora de la superstición y la incultura, sino además insultar a la profesión y a todos sus practicantes. Porque el periodismo del misterio no existe; es sólo charlatanería.
Nota publicada en Magonia el 21 de septiembre de 2009.