Meditación Trascendental es, como Coca Cola, una marca registrada. Su propietaria es la Fundación Maharishi, creada por el Maharishi Mahesh Yogi, maestro espiritual de los Beatles que murió en Holanda mientras dormía el 5 febrero de 2008, a los 90 años. Dejó tras de sí un imperio valorado a finales del siglo pasado en más de 2.000 millones de euros, cimentado sobre la venta de cursos para aprender a meditar y a levitar.
El gurú de la risa tonta -se le llamaba así por su tendencia a ella durante las entrevistas en la tele- saltó a la fama en 1958 durante una gira internacional para extender las bondades de sus enseñanzas. «No tiene dinero y no pide nada. Todas sus posesiones caben en una mano. Maharishi Mahesh Yogi está embarcado en una odisea mundial. Porta un mensaje que dice que librará al mundo de toda la infelicidad y el descontento», contaba The Honolulu Star Bulletin el 31 de diciembre de aquel año. La fórmula para la meditación -un estado alterado de conciencia, según él- exigía sentarse en posición de loto en un entorno acogedor y repetir un mantra, una palabra mágica que el instructor de turno otorga a cada discípulo después de un curso que cuesta hoy en día 1.500 dólares.
El santón indio fue muy popular en los años 60 y 70 gracias a los Beatles, Kurt Vonnegut y Shirley McLaine, entre otros. Aunque John Lennon le abandonó tras saber que había acosado sexualmente a Mia Farrow -rumor que se cree inventado por Alex Mardas, ingeniero de sonido del cuarteto de Liverpool- y le dedicó la canción Sexy sadie (Sádico sexy), Paul McCartney y Ringo Starr nunca renegaron de él. Al contrario. Actuaron en Nueva York en mayo pasado en un concierto, organizado por el director David Lynch, para recaudar fondos para enseñar MT en las escuelas. «Fue un regalo muy especial el que nos dio Maharishi en un tiempo en el que buscábamos algo que nos estabilizara», dijo McCartney hace tres meses.
MT contra el crimen
Según Lynch, «hay unos 600 ó 700 estudios que demuestran que es algo bueno para los seres humanos ahondar en sí mismos». Es cierto. Existen muchas investigaciones según las cuales la MT reduce los niveles de estrés y agresividad y propicia el aprendizaje; pero tienen todas el mismo defecto: sus autores son discípulos de Maharishi Mahesh Yogi. Los estudios imparciales han demostrado, sin embargo, que la MT tiene los mismos efectos para el organismo que la relajación tumbado en un sofá en un ambiente agradable.
Tras el 11-S, el gurú anunció que el antídoto contra el terrorismo islámico era la formación de 40.000 expertos en MT que levitaran y crearan un campo de paz y armonía mundial. Necesitaba 1.000 millones de dólares sólo para cubrir gastos. No debió de conseguirlos, a tenor de los atentados terroristas posteriores, aunque el grupo todavía vende la paz a través del vuelo yóguico con imágenes de adeptos flotando sonrientes en posición de loto, que corresponden a fotos tomadas durante saltos que dan en esa postura sobre colchonetas. A escala local, en el verano de 1993, 5.000 miembros del grupo meditaron durante dos semanas en Washington para hacer descender el crimen en la ciudad un 20%. Los asesinatos aumentaron.
Reportaje publicado en el diario El Correo y en Magonia el 22 de agosto de 2009.