Lo contaba el viernes el diario sensacionalista británico The Sun: gracias a Google Earth, Bernie Bamford, un ingeniero aeronáutico, había localizado la Atlántida en la llamada llanura abisal de Maderia, situada a unos 5,5 kilómetros de profundidad entre las Canarias y la Dorsal Mesoatlántica, Según los autores del reportaje, Charles Orser, arqueólogo del Museo del Estado de Nueva York, había calificado de «fascinante» el hallazgo de lo que parece un enrejado urbano en el fondo del mar. El descubridor no tenía, por su parte, ninguna duda de lo que era: «Parece un mapa aéreo de Milton Keynes (una ciudad inglesa). Debe ser algo hecho por el hombre». Pues, no.
Google desmintió poco después las pretensiones de los atlantólogos: «Es verdad que muchos grandes descubrimientos fueron realizados con Google Earth, como, por ejemplo, una selva virgen en Mozambique, que alberga especies desconocidas, o una antigua villa romana. Pero, en este caso, en verdad, lo que se ve es el resultado de la recolección de datos», dijo una portavoz de la compañía, quien añadió que «los datos batimétricos, es decir del fondo marino, son a menudo recogidos por naves que usan el sonar para medir los fondos marinos. Estas líneas son el recorrido de la nave, hecho para recoger los datos captados por satélite. La presencia de puntos vacíos entre estas líneas señala qué poco sabemos sobre los océanos». La Atlántida sigue perdida, como no puede ser de otro modo en un continente inventado por Platón.
Nota publicada en Magonia el 23 de febrero de 2009.