
La información desclasificada por la Fuerza Aérea en 1994 deja claro que un globo del proyecto ultrasecreto Mogul, lanzado desde Alamogordo, fue lo que se estrelló en Roswell. Su objetivo era detectar las ondas sonoras provocadas por pruebas nucleares soviéticas y, por eso, la información permaneció clasificada durante décadas. «Nos ha decepcionado Richardson al perpetuar un mito», decía hace cuatro años Dave Thomas, miembro del grupo Nuevo Mexicanos por la Ciencia y la Razón, ante los coqueteos ufológicos del entonces gobernador. ¿Cuánto se apuestan a que ahora Richardson también decepciona a los fanáticos de los ovnis? ¿O es que ya no se acuerdan de cómo fue secretario de energía de Clinton entre 1998 y 2001 y no consiguió hacer público ningún sobrecogedor secreto, ni siquiera que a John F. Kennedy lo mataron porque iba a revelar al mundo la existencia de una alianza de Estados Unidos, la Unión Soviética y visitantes extraterrestres?