Me quedé de piedra al leer el anuncio en El Diario Vasco: «Hoy en la Uni, los más fascinantes enigmas, con Iker y su equipo de Milenio 3«. El acto se celebró en el auditorio del campus de Guipúzcoa de la Universidad del País Vasco (UPV). El supuesto centro del saber acogió, con el patrocinio del periódico guipuzcoano, una charla coloquio de Iker Jiménez y Carmen Porter, dos periodistas que se caracterizan por sus continuos ataques a la razón y a la cultura desde los micrófonos de la Cadena Ser y las revistas esotéricas. Seguro que hubo mucha gente; pero el éxito de público no justifica ceder un espacio cultural público a quienes se dedican a la venta de la supercherías.
Si el Vicerrectorado del Campus de Guipúzcoa de la UPV, organizador del acto, considera que lo que dicen Jiménez y Porter tiene sitio en la Universidad que cree la facultades de Parafísica y de Ufología, así como el Donostia International Paraphysics Center, o que respalde abiertamente la petición de Marisol y José Antonio Roldán para que «la Paraciencia sea reconocida como carrera universitaria, licenciatura o rama de FP y se legisle como profesión, contemplándose unas leyes para los temas afines para evitar los fraudes e intrusismos». No se rían de la campaña «Por una paraciencia académica y legislada», que, vista la manga ancha de nuestros responsables académicos, da miedo pensar lo que son capaces de hacer nuestros políticos por un puñadito de votos y por dárselas de más progres que nadie. Imagínense una licenciatura o un título de Formación Profesional en Investigación de Enigmas de la Historia, Misterios de la Paraciencia -que es lo que piden los expertos de lo paranormal- con un claustro formado por Juan José Benítez, Manuel Carballal, Bruno Cardeñosa, Iker Jiménez, Javier Sierra y compañía. Sería algo así como Loca Academia de Periodismo del Misterio.
Nota publicada en Magonia el 13 de mayo de 2005.