Tres responsables de planetarios y museos de la ciencia españoles han denunciado a Magonia que miembros del equipo de colaboradores de Iker Jiménez que prepara la Alerta ovni del 25 de junio han intentado, mediante engaños y mentiras, que varios centros de divulgación de la ciencia participen en la romería ufológica organizada por la Cadena SER. Redactores de esa emisora han invitado por teléfono en los últimos días al Museo de la Ciencia de Castilla-La Mancha, al Planetario de Madrid y al Planetario de Pamplona, entre otras instituciones, a involucrarse en lo que presentaban como una noche de observación astronómica que se iba a celebrar en toda España. Los colaboradores de Milenio 3 no explicaban a su interlocutor que se trataba en realidad de una Alerta ovni y, en al menos un caso, mintieron sobre la colaboración de un conocido divulgador científico.
El 12 de junio, varios lectores de Magonia dejaron en esta web comentarios en los que aludían a la participación del Museo de la Ciencia de Castilla-La Mancha en la Alerta ovni. Dos días después, nos pusimos en contacto con la institución conquense y, a pesar de que sus directivos estaban en un encuentro profesional en Barcelona, se nos confirmó que el museo iba a colaborar «con la SER en algo grande». Una llamada telefónica a Félix Ares, director de Miramón Kutxaespacio de la Ciencia, sirvió para poner sobre aviso a los responsables del centro castellano-manchego, quienes el miércoles se reunieron para tomar una decisión sobre el asunto.
Según me explicaron, el Museo de la Ciencia de Castilla-La Mancha organiza desde hace cinco años una observación nocturna del cielo en coincidencia con el solsticio de verano. Cuando les llamaron de la SER hace unos días, les dijeron que la cadena estaba montando para el 25 de junio una observación del cielo en toda España y que, si se sumaban, podrían intervenir en directo por la radio. «En ningún momento se hablaba de ovnis ni nada parecido». Sin conocer la auténtica naturaleza de los hechos y dejándose llevar por la confianza en el periodista que contactó con ellos -«el responsable de SER Cuenca creía que iba a ser una noche observación astronómica»-, el museo se sumó a la iniciativa. Días después, tras enterarse por Ares y Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona, de que se trataba de una Alerta ovni y comprobarlo en la web de la emisora, cambiaron de opinión.
«Lo que hemos visto no se parece en nada a lo que nos habían contado. No participaremos en el programa, pero mantendremos la observación del cielo que montamos desde hace años». A pesar de que la institución comunicó inmediatamente su decisión a los responsables de Milenio 3, el museo conquense seguía apareciendo ayer en la web de Jiménez como colaborador del acto.
La torpeza de los organizadores de la Alerta ovni de la SER les llevó a intentar reclutar para la causa al planetario pamplonés, cuyo director es un destacado miembro de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico. Además, echaron también sus redes infructuosamente en el Planetario de Madrid, a cuyos responsables aseguraron falsamente que iba a participar otro divulgador científico conocido por su firmeza contra la pseudociencia.
Engaños y mentiras, contados al detalle por Javier Armentia, han sido las herramientas a las que han recurrido en Milenio 3 para intentar recubrir con un halo de credibilidad científica una caza de platillos volantes que en Vizcaya coordinará el echador de cartas Prudencio Muguruza. Los museos de la ciencia y planetarios españoles ya están en guardia, y otros colectivos han reaccionado ante las malas artes del equipo de Iker Jiménez. Los astrónomos de la Red de Investigación Sobre Bólidos y Meteoritos han denunciado, en un duro comunicado, a una organización que «ha buscado el respaldo de instituciones científicas y de divulgación sólo con la intención de dotar de cierto prestigio a la Alerta ovni, pero nunca declarando que eso era una noche de misterio. Con ello, además, sólo se pretende publicidad para un programa en el que habitualmente se desprecia la labor de los científicos tildándolos de oficiales,dogmáticos e inquisidores, mientras se da pábulo a nigromantes, charlatanes o esotéricos de todo género».
La lección aprendida no ha de limitarse, no obstante, a este acto en concreto, sino que debería servir para que divulgadores y científicos tuvieran más cuidado a la hora de aceptar entrevistas en radio y televisión. Resulta todavía habitual, por desgracia, que investigadores serios intervengan en programas como Milenio 3 embutidos entre un reportaje de fantasmas y otro de platillos volantes, por ejemplo. El científico invitado no lo sabe y, la mayoría de las veces, ni siquiera escucha el programa, pero su presencia da credibilidad a un espacio dedicado a fomentar la superstición y la anticiencia. Naturalmente, los vendedores de misterios se aprovechan de que llaman desde una emisora importante -¿considera ético la SER el comportamiento de los implicados en la organización de la Alerta ovni?- y de que sus víctimas están interesadas en divulgar la ciencia; pero hay que tener cuidado. Es la única forma de no caer en trampas como la última tendida por Iker Jiménez y sus colaboradores al Museo de la Ciencia de Castilla-La Mancha.
Nota publicada en Magonia el 19 de junio de 2004.