No sé si nos está tomando el pelo a todos o si su reino no es de este mundo. Juan José Benítez se descuelga hoy en El Semanal, el colorín con más difusión de la prensa española, con un puñado de afirmaciones cada cual más disparatada. Al margen de una desafortunada comparación del ufólogo con Félix Rodríguez de la Fuente -«¿Planeta encantado, de Juan José Benítez, vendría a ser algo así como lo que fue El hombre y la tierra para Félix Rodríguez de la Fuente?», pregunta David Benedicte-, el entrevistador deja que el ufólogo se ponga el solito la soga y se cuelgue del árbol de la insensatez. «Mis detractores suelen hacer más ruido que mis lectores, porque son fanáticos. No están bien informados. Se trata de intoxicadores profesionales, gente pagada por los servicios de inteligencia o tontos útiles. Y lo puedo demostrar», asegura el novelador. Benítez lleva con esta cantinela años y, cada vez que algunos le hemos retado a que demuestre lo que mantiene y se deje de tonterías, ha escurrido el bulto.
¿Cuánto se apuestan a que ahora tampoco saca esas pruebas que presume tener? Y es que, como su colega Manuel Carballal -popular en las librerías como Antonio Salas, pseudónimo con el que ha firmado Diario de un skin, y que dirige la web Mundo Misterioso-, el periodista navarro sólo sabe defenderse de las críticas mediante la mentira. En la breve entrevista de El Semanal, sostiene, entre otras tonterías, que Jesús era extraterrestre –quizá por eso pudo estar en el Coliseo romano antes de que el edificio existiera-, que hay no humanos entre nosotros y que una civilización alienígena dejó edificaciones en la cara oculta de la Luna. Aunque parezca increíble, el autor de Caballo de Troya dice una cosa sensata: «Sólo espero que la gente sepa leer entre líneas. Mi mensaje es: ‘No crea usted nada de lo que está viendo en televisión’». Únicamente falta que los directivos de Televisión Española (TVE) hagan caso al delegado de ET en la Tierra y adviertan, antes de cada episodio de Planeta encantado, de que se trata de un programa ficción y que todas las afirmaciones extraordinarias carecen de fundamento científico. Es lo que han reclamado ya casi trescientos escépticos en una Carta abierta a RTVE.
Nota publicada en Magonia el 14 de diciembre de 2003.