El cuento de la superluna

Una superluna de noviembre de 2016, comparada con una luna llena 'pequeña' del mismo año.
Una superluna de noviembre de 2016, comparada con una luna llena ‘pequeña’ del mismo año.

La luna llena de esta semana será más grande y brillante. ¿Cuánto? Hasta un 14% más grande y hasta un 30% más brillante que la de abril, según la NASA. No es que el satélite se esté precipitando hacia la Tierra -al contrario, se aleja unos 4 centímetros al año-, es que su órbita alrededor de nuestro planeta es ligeramente elíptica y hay momentos de máximo alejamiento (apogeo), como la luna llena de abril, y de máxima proximidad (perigeo), como la de este mes.

La distancia media entre la Tierra y la Luna es de 384.400 kilómetros, pero puede superar en el apogeo los 406.000 y reducirse en el perigeo hasta casi los 356.000. Cuando la fase de llena coincide con el máximo acercamiento, los astrónomos hablan de luna llena de perigeo, fenómeno que popularmente se conoce desde hace unos años como superluna, denominación que, sin embargo, no usan los astrónomos.

Superluna es un término inventado por el astrólogo estadounidense Richard Nolle en 1979. En un artículo publicado en la revista ‘Horoscope’, llamó así a «una luna nueva o llena que ocurre cuando el satélite está en su máximo acercamiento a la Tierra en una órbita determinada». Según Nolle, las superlunas están asociadas con grandes huracanes, erupciones volcánicas y terremotos, algo que no es cierto, ¿pero qué esperan ustedes de un astrólogo?

Un fenómeno habitual

«En términos generales, las lunas llenas ocurren cerca del perigeo cada 13 meses y 18 días, así que no es algo tan inusual», explicaba en 2014 el astrónomo Geoff Chester, del Observatorio Naval de Estados Unidos. Aunque pueden ser más frecuentes. De hecho, la de hoy no será ni la primera ni la última superluna de 2016: también lo fue la luna llena de octubre y lo será la de diciembre. Pero la de hoy será la más cercana desde el 26 de enero de 1948 y hasta el 25 de noviembre de 2034: el satélite estará a las 14.52 horas a sólo 356.500 kilómetros.

La NASA dice que la Luna de estas noches será hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que la miniluna de abril. ¿Lo notaremos si echamos una mirada al cielo? «No es suficiente para notarlo a no ser que seas un muy meticuloso observador de la Luna», dice Alan MacRobert, redactor jefe de  revista Sky & Telescope. «No me gusta animar a la genta a ver algo que no va a ser capaz de ver. Realmente no hay mucho que ver», advierte Jim Lattis, astrónomo de la Universidad de Wisconsin, a quien desagrada el bombo mediático que se da a las superlunas  porque genera falsas expectativas.

La órbita de la Luna.
La órbita de la Luna.

Puede comprobarlo en casa con un sencillo experimento que propone Sky & Telescope. Coja una naranja y póngase a 3 metros de ella. Es el equivalente a la Luna en el punto más lejano de su órbita. Para simular lo que pasará hoy, acérquese a la naranja 40 centímetros y vuelva a echarle una mirada. Comprobará lo difícil que es notar el cambio de tamaño. Y ya no digamos entre la luna llena de octubre, también muy próxima, y la de esta semana, que sólo está 1.400 kilómetros más cerca, apenas un centímetro en nuestro experimento casero. Aún así, salga a contemplar la luna llena; siempre merece la pena.

La Luna, por cierto, puede verse más grande en el cielo no porque esté más próxima, sino por la llamada ilusión lunar. Es una ilusión óptica, que todavía no ha recibido una explicación satisfactoria, por la cual el satélite visto cerca del horizonte -y lo mismo pasa con el Sol- parece más grande que cuando está en lo alto del cielo, aunque su tamaño sea en realidad el mismo. Por eso, habrá gente que, si estos días ve la luna llena cerca del horizonte, creerá erróneamente que es la más grande que ha visto jamás y que eso se debe a la llamada superluna, cuando en realidad habrá sufrido una ilusión óptica.

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El bulo marciano

Un mensaje de correo electrónico alertaba en 2003 de que Marte iba a acercarse tanto a la Tierra que iba verse en el cielo tan grande como la luna llena. El informante advertía de que no había ocurrido nada igual en 60.000 años y no iba a volver a suceder hasta 2287. Y acababa diciendo: «¡Nadie vivo volverá a verlo!». Imagínese el disco rojo de Marte del tamaño de la Luna en el cielo nocturno. Espectacular, ¿verdad?

Hagamos unos sencillos cálculos. La Luna mide 3.474 kilómetros de diámetro y está de media a unos 384.000 kilómetros de la Tierra. Para que Marte, con sus 6.779 kilómetros de diámetro, tenga en el cielo el tamaño del satélite terrestre debería encontrarse a unos 760.000 kilómetros de nuestro planeta, pero nunca se acerca a menos de 54,6 millones de kilómetros así que nunca se verá más allá de un puntito a ojo desnudo.

El bulo marciano resucita más o menos cada dos años, en coincidencia con los momentos de máxima cercanía entre la Tierra y el planeta rojo.

Reportaje publicado en el diario El Correo el 13 de noviembre de 2016 y en Magonia el 14 de noviembre de 2016.