
Un cetáceo del Pacífico Norte ha vuelto a poner en evidencia al periodismo de clic, cuya obsesión es captar visitantes para la web que toque a toda costa. El cuerpo del animal apareció en una playa de la isla de Sajalín a principios de semana, The Siberian Times informó del hallazgo el martes y dijo que algunos internautas habían aventurado que podía tratarse de un delfín del Ganges, pero que un experto lo descartaba. Aún así, un tal Nikolay Kim, subdirector del departamento de Pronósticos del Instituto de Investigación de Pesca y Oceanografía de Sajalín, advertía de que posiblemente se trataba de algún tipo de delfín. «Sin embargo, tiene pelo. Es muy raro. Los delfines no tienen pelo», puntualizaba.
«Con pelo en su cola y el doble del tamaño de un ser humano, nadie sabe de que animal se trata», sentenciaba el diario ruso. A partir de ese momento, se multiplicaron -primero en la prensa sensacionalista anglosajona, luego en los medios esotéricos hispanos y, por último, en el resto- titulares del estilo de: «Rusia: extraña criatura marina desconcierta a los científicos», «Científicos desconcertados por el hallazgo de una misteriosa criatura marina muerta en una playa de Rusia», «Hallan muerto un extraño animal marino en Sajalín»… Los medios que yo he visto se limitan a copiar lo publicado por The Siberian Times, como si no hubiera biólogos marinos en el mundo.

Me enteré la pasada medianoche y tardé menos de cinco minutos en dar con la explicación. Una explicación de este mundo, quiero decir. Cierto es que por casos similares sospeché desde el principio de algún tipo de cetáceo. Sin embargo, sé tanto de zoología marina como de mecánica cuántica y no eran horas de llamar a ningún biólogo para preguntarle sobre un monstruo. Por fortuna, en Twitter, además de las tonterías que leemos a diario en los medios, hay quien informa con conocimiento de causa de cosas interesantes. Una de esas fuentes es el zoólogo y paleontólogo británico Darren Naish, que el jueves de madrugada publicó el tuit que reproduzco. Decía: «El animal muerto de la isla de Sajalín es un berardio de Baird, como ya se ha dicho en línea. He hecho esto: nueva muestra en la parte inferior». Y adjuntaba dos imágenes explicando cómo había que interpretar lo que se veía en una de las fotos más repetidas de la cabeza de la misteriosa criatura.
El zifio o berardio de Baird (Berardius bairdii) es un cetáceo del Pacífico Norte que –copio de la Wikipedia– mide hasta 13 metros y pesa hasta 12 toneladas. Los zifios se caracterizan por tener un prominente hocico y, además, en éste «el maxilar inferior es más largo que el maxilar superior, y la parte delantera dientes son visibles aun cuando la boca está totalmente cerrada. El melón (se refiere a la prominencia de la frente) es particularmente bulboso». Parece un berardio de Baird, se encuentra en territorio del berardio de Baird, un zoólogo dice que es un berardio de Baird…
Caso cerrado. En cinco minutos, repito.
Nota publicada en Magonia el 3 de julio de 2015.