Juan Luis Cano, María Gómez y yo hablamos el lunes de la caída de la Torres Gemelas y la teoría de la conspiración, en la quinta entrega de la temporada de mi colaboración semanal en ¡Arriba España!, en M80 Radio. Si quiere, puede escuchar el programa completo.
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La Sociedad Europea de Física publica un artículo que defiende que el 11-S fue un autoatentado

La (des)información de Jaque al Neoliberalismo se basa en un artículo recientemente publicado en el último número de Europhysics News, la revista de la prestigiosa Sociedad Europea de Física. El artículo, titulado “15 years later: on the physics of high-rise building collapses” (“15 años después: sobre la física de los colapsos de los edificios de gran altura”) y de cuya existencia me ha avisado la investigadora Julia Krafttier, está firmado por Steven Jones, profesor retirado de la Universidad Brigham Young; Robert Korol, profesor emérito de la Universidad McMaster; Anthony Szamboti, ingeniero en la industria aeroespacial, y Ted Walter, de Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 11-S.

La verdad sobre los autores
Vayamos por partes: a la Sociedad Europea de Física le han metido los conspiranoicos un gol por toda la escuadra. Porque, aunque sólo Walter -que carece de formación en física o ingeniería- se identifica como miembro del colectivo de Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 11-S, los otros tres también son destacados portavoces del movimiento conspiranoico del 11-S. Jones es fundador de Académicos por la Verdad del 11-S, Académicos por la Verdad y la Justicia del 11-S, y Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 11-S. En 2006, llegó a un acuerdo con la Universidad de Brigham Young para abandonar el centro, que había abierto una investigación acerca de sus estudios sobre el 11-S. Además, fue uno de los participantes en el falso hallazgo de la fusión fría de 1989, junto con Martin Fleischmann y Stanley Pons. Anthony Szamboti es también miembro de Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 11-S y Robert Korol es un profesor jubilado que lleva años repitiendo que los ataques de Nueva York no fueron lo que fueron. Por lo que se ve, nadie en la Sociedad Europea de Física se tomó la mínima molestia de comprobar las credenciales de los autores antes de publicar el artículo. Por si cupiera alguna duda, Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 11-S presenta en su web el estudio como “nuestro artículo en Europhysics News”.

Les invito a contrastar las afirmaciones de estos cuatro autores con la investigación que hizo en su día un equipo de Popular Mechanics de las manipulaciones y falsedades sobre los ataques del 11-S, pero les adelanto por dónde hacen agua las ideas de Jones, Korol, Szamboti y Walter con un extracto de una anotación anterior.
Depués de tres años de investigación, el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) estadounidense echó por Tierra concluyó en 2005 que el combustible en llamas de los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas cayó por los conductos de servicio y los huecos de los ascensores, extendiendo los daños a zonas de los rascacielos muy alejadas de los lugares de impacto. Lo mismo ocurrió en 1945 cuando un B-25 se estrelló contra el Empire State entre las plantas 78 y 80, y el combustible en llamas descendió por los huecos de los ascensores y causó graves daños en el hall del edificio. Además, en contra de lo que sostienen los autores del artículo de Europhysics News, los incendios declarados en las torres tras los impactos sí pudieron fundir el acero. Los 37.000 litros de combustible de cada uno de los aviones ardieron a entre 1.100º C y 1.200ºC, mientras que para fundir acero se necesitan 1.510º C. Lo que los conspiranoicos ocultan, cuando sostienen que eso demuestra que no fueron los choques los que causaron los daños catastróficos y hablan de demoliciones controladas, es que el acero pierde ya resistencia a sólo 400º C y, si el fuego alcanza los 1.000º C, sólo retiene el 10% de su fortaleza original. Y, en cuanto se empezaron a debilitar las estructuras, ya dañadas por los choques, el colpaso final de los dos rascacielos era algo previsible. El largo fuego incontrolado fue, por su parte, la causa del posterior colapso del edificio 7, que estuvo siete horas en llamas antes de irse abajo.
La Sociedad Europea de Física ha actuado de un modo irresponsable al dar alas a los conspiranoicos del 11-S e ignorar todos los estudios que contradicen lo que sostienen los autores del artículo que publica Europhysics News.