El síndrome del doctor Strangelove, en la revista ‘Pensar’

Portada del número 8 de la revista 'Pensar'.
Portada del número 8 de la revista ‘Pensar’.

La última vez que vi Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú?, me reí como siempre con el personaje del doctor Strangelove -el genial Peter Sellers– cuando el brazo se le dispara para hacer el saludo nazi. Había visto la escena hace sólo un año, en el marco del Congreso Escéptico Mundial de Abano Terme (Italia), donde la había proyecto el neurólogo Sergio Della Sala, y me había quedado un sabor agridulce. Como el resto de los 400 participantes en el encuentro, me había reído con el descontrol del brazo del sabio loco para, segundos después, estremecerme con casos reales de gente que, por lesiones cerebrales, es incapaz de controlar una o ambas manos y las siente como ajenas, como dotadas de voluntad propia. ¿Pero lo están?

Della Salla, profesor de la Universidad de Edimburgo, explora, en el artículo de portada del último número de la revista Pensar, la mano anárquica -«uno de los fenómenos más intrigantes de la neurología»- como justificación para hablar del libre albedrío. Reconoce el autor que «es un síntoma tan grotesco que raya en lo cómico»; pero, cuando vi en Abano Terme a hombres y mujeres incapaces de controlar sus manos y conscientes de ello, yo sentí angustia. Me explico. Imagínese que está leyendo este texto en el ordenador, que quiere avanzar hacia abajo con el ratón y que va a manejarlo con la mano derecha, pero ésta empieza a dar sacudidas, no alcanza el ratón y sí un vaso de agua, que tira. La mano izquierda sale en su auxilio, pero entonces la derecha -que no responde a su voluntad- se interpone y la bloquea cuando va a recoger el vaso. Imagínese que eso le ocurre siempre: cada vez que intenta hacer algo, la mano derecha parece cobrar vida propia y actuar por su cuenta. Hay gente que sufre ese mal y Della Salla los tiene entre sus pacientes.

El último número de Pensar, la revista en español del Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal (CSICOP), incluye también un interesante artículo del periodista Diego Zúñiga. El director de La Nave de los Locos expone los montajes de La guerra de los mundos que se hicieron en Sudamérica a rebufo del éxito de Orson Welles, en alguno de los cuales llegó a haber muertos. El psicólogo Carlos A. Domínguez desmonta el llamado efecto Mozart y el físico Alberto C. de la Torre denuncia los «usos y abusos de la mecánica cuántica». El menú se completa con las habituales noticias y reseñas, entra las que destacan la necrológica de Philip J. Klass, escrita por Alejandro Agostinelli, y una nota en la que Gerardo García-Trío presenta las imágenes que demuestran que Iker Jiménez ha manipulado pruebas en el caso de las caras de Bélmez. Además, la revista tiene una interesante sección de cartas de lectores y un editorial en el que Alejandro J. Borgo, el director de la revista, rinde tributo al recientemente fallecido Aldo Miguel Slepetis, médico y miembro del consejo de consultores de la publicación.

Pensar es una publicación trimestral del CSICOP, tiene 28 páginas y cuesta 12 dólares por un año y 20 por dos. Pueden suscribirse a través de Internet o del correo convencional, usando en el primero de los casos la tarjeta de crédito y en el segundo, además, el giro postal. Los residentes en España pueden hacerlo mediante un ingreso bancario en euros previa consulta con el Círculo Escéptico. Los números atrasados pueden conseguirse por los mismos medios.

Nota publicada en Magonia el 19 de octubre de 2005.


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