El turrón es a la Navidad lo que el sudario de Turín a la Semana Santa. No hay año en que por estas fechas los adoradores de esa reliquia, que supuestamente habría envuelto el cadáver de Jesús de Nazaret, no nos sorprendan con una nueva afirmación en apoyo de su autenticidad. No importa lo estrafalaria que sea. En 2014, por ejemplo, tres sindonólogos -así se llaman los estudiosos de la sábana santa- italianos plantearon en la revista Meccanica que una emisión de neutrones consecuencia de un terremoto registrado en Jerusalén grabó la imagen y alteró la cantidad de carbono 14 del lino, lo que explicaría, según ellos, que parezca medieval a ojos de la ciencia. No explicaban por qué no hay ningún otro objeto de la época con el C-14 alterado ni miles de santos sudarios coetáneos y posteriores, con todos los terremotos que han pillado a alguien entre las sábanas.
Comienzo del reportaje publicado en el diario El Correo el 16 de abril de 2019.