Si existe ET, puede que también esté enfrentándose en su mundo al cambio climático, porque cualquier civilización llegará a un punto en el que consuma a tal ritmo los recursos de su planeta que ponga en peligro su supervivencia. Es lo que afirman el astrofísico Adam Frank, de la Universidad de Rochester, y sus colaboradores en el último número de la revista Astrobiology, donde elevan el principal reto de la Humanidad al rango de desafío para todas las civilizaciones inteligentes.
«La astrobiología es el estudio de la vida y sus posibilidades en el contexto planetario» y «eso incluye la exocivilizacioneso lo que habitualmente llamamos extraterrestres», explica Frank. Él y sus colegas parten de la premisa de que no es la primera vez en la historia cósmica que un planeta vive la transición a lo que en la Tierra hemos bautizado como antropoceno, la era en la que el impacto de una civilización tecnológica afecta a los ecosistemas a escala global.
«Las leyes de la física exigen que cualquier población joven que construya una civilización con un consumo intensivo de energía como la nuestra tenga efectos sobre su planeta. Ver el cambio climático en este contexto cósmico puede darnos una mejor idea de lo que nos está sucediendo y cómo enfrentarnos a ello», dice el astrofísico. Una idea generalizada es que es posible el desarrollo sostenible. ¿Cómo lo sabemos?, ¿hay en el Universo planetas con civilizaciones sostenibles o toda civilización dura unos siglos hasta que provoca un cambio climático que acaba con ella?, se preguntan los autores.
Frank y sus colaboradores han desarrollado un modelo matemático simple para ver si es posible que un planeta y su civilización evolucionen conjuntamente de un modo armónico. Para hacerlo se han basado en parte en el caso de la isla de Pascua, donde los primeros humanos desembarcaron hacia 1200, llegaron a ser casi 10.000 y desarrollaron una gran cultura cuyo signo más evidente son los moáis. Sin embargo, cuando en 1722 llegó a la isla, el almirante holandés Jacob Roggeween se encontró con un paisaje desolado y una población hambrienta que ni siquiera tenía madera para calentarse. Los pascuenses habían agotado todos los recursos de su pequeña isla y colapsado.
El resultado de la simulación matemática han sido cuatro posibles escenarios: extinción, en el que la población y un parámetro como la temperatura crece muy rápidamenet, y solo sobrevive el 30% de la población; sostenibilidad, en el que población y temperatura crecen, pero se llega al equilibrio al pasar de usar recursos de alto impacto, como el petróleo, a otros de bajo impacto, como la energía solar; colapso sin cambio de recursos, en el que la población colapsa y puede que hasta la especie desaparezca; y colapso con cambio de recursos, en el que, aunque se da la transición a las energías verdes, la respuesta llega tarde y la población colapsa.
«El último escenario es el más aterrador. Incluso si haces lo correcto, si esperas demasiado, tu población podría colpasar», advierte Frank. El modelo es muy simple y el estudio, el primero de muchos; pero el aviso es claro: si provocas un cambio climático y no reaccionas a tiempo, el planeta cambiará por su cuenta y puede que desaparezcas. Quizá por eso no hemos dado con ET. «Estos modelos demuestran que no podemos solo pensar en una población evolucionando sola. Tenemos que pensar en planetas y civilizaciones coevolucionando», concluye Frank.
Información publicada en el diario El Correo el 14 de junio de 2018 y en Magonia el 18 de junio de 2018.