La versión local del bigfoot, el peludo homínido de los bosques estadounidenses, causa furor en Malasia, donde se han sucedido desde noviembre las apariciones del monstruo. Hace tres meses, los trabajadores que excavaban un estanque vieron a tres individuos -miembros de una misma familia, dicen- en la orilla de un río en la reserva de Kota Tinggi, en el Estado sureño de Johor. La mejor prueba de la realidad de esa y otras observaciones es una huella de 45 centímetros, encontrada en una ciénaga de la región, que correspondería a un ejemplar de entre 2,5 y 3 metros de altura. El ministro del Estado, Abdul Ghani Othman, ha organizado ya una búsqueda del primate, en la que es la primera operación oficial de estas características en el mundo. Que una población de homínidos de grandes dimensiones haya pasado desapercibida hasta ahora me parece harto improbable, hasta en las selvas malayas. Por eso, aunque jugar a adivinos tiene sus riesgos, creo que el del bigfoot no va a ser el descubrimiento de 2006.
Nota publicada en Magonia el 30 de enero de 2006.