Internet nos hace idiotas. Lo que se prometía como el gran depósito del saber mundial es en realidad un estercolero de rumores, noticias falsas y pseudoconocimiento ante el que estamos indefensos. ¿Cuántas veces ha oído frases de este tipo últimamente? Yo, muchas. La idea ha calado tan hondo que, tras las elecciones estadounidenses, se ha aplaudido en los medios de comunicación a algunos gigantes de Silicon Valley que han anunciado que van a poner en marcha detectores de fakes. ¿Lógico? Para mí, no.
Éste será el 17 de febrero el punto de partida de mi charla en comunicado2, el congreso internacional sobre redes sociales que organiza la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Defenderé, en contra de lo que sostienen muchos, que Internet no es el problema, sino la solución. ¿Por qué? Porque, a la hora de luchar contra la mentira, el auténtico problema somos nosotros, y en especial los periodistas y los medios de comunicación. Hay periodistas y grandes corporaciones -grupos editoriales y mediáticos- que han hecho de la mentira su negocio y cuyos desmanes prácticamente nadie denuncia por no cerrarse puertas. Digo prácticamente nadie porque, en lo que respecta a la pseudociencia, los escépticos llevamos décadas llamando mentiras a las mentiras y ficciones a los hechos inventados. En España, desde aquellos tiempos en que Fernando Jiménez del Oso salía en la tele. Trump y su apostolado de la emntira son unos recién llegados.
En Palabra de Google -como he titulado mi charla-, presentaré algunos ejemplos de mentiras, bulos e informaciones falsas a las que hemos estado expuestos en los últimos años. ¿De dónde salieron? ¿Quiénes los difundieron? ¿Cómo sabemos que son basura? ¿Nacieron en Internet? ¿Se habrían evitado de no haber existido Internet? Son preguntas que lanzo y sobre las que reflexionaremos el viernes en el Aula Magna del campus de la UPV en Gandía, de 10.30 a 11.30 horas. Anímense, inscríbanse y allí nos vemos.
Nota publicada en Magonia el 10 de febrero de 2017.