Las veinticinco páginas de texto del primer número de Pensar, la revista en español del Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal (CSICOP), me supieron a poco. Y eso para mí es una virtud de la publicación dirigida por el periodista argentino Alejandro J. Borgo, en la cual existe un equilibrio entre contenido y continente, entre unos artículos ágiles e interesantes y un diseño profesional. Por eso y porque me he involucrado directamente en la iniciativa -los responsables del proyecto han confiado en mí para representarlo en España-, he esperado con ganas la llegada a mi buzón del segundo número y me alegra que el tercero esté ya en marcha. No es poco, en los tiempos que corren, que una revista escéptica se planifique con tiempo -Borgo es paciente y está encima de los colaboradores para que cumplan con los plazos- y llegue puntual a su cita con los lectores. Que, además, lo haga con material de actualidad debería ser motivo de celebración.
Entre los artículos de fondo de la segunda entrega de Pensar, destaca el dedicado a los mitos en torno al cáncer: el oncólogo Ernesto Gil Deza ha hecho una magnífica síntesis de las falsas ideas sobre esa enfermedad, desde su carácter maldito hasta la posibilidad de combatirla con tratamientos alternativos, pasando por su equiparación con una condena a muerte. El escéptico brasileño Kentaro Mori analiza algunas de las últimas investigaciones sobre el poder de la oración, el mexicano Mario Méndez Acosta aclara lo que se esconde tras el feng shui, el español Luis R. González habla de extraterrestres en sellos y monedas, y el argentino Enrique Márquez la emprende contra el empacho. Además, hay un puñado de breves comentarios de actualidad -incluido uno sobre la falsa película lunar de Juan José Benítez, de quien tres meses después del fiasco de Planeta encantado seguimos sin saber nada- y tres críticas de libros.
Parte de ese material se unirá pronto en la web de la revista al que ya hay del número anterior, pero habrá cosas que sólo podrán leer quienes tengan acceso físico a la publicación. Unirse al creciente grupo de lectores de Pensar sólo cuesta 12 dólares por un año y 20 por dos, y puede hacerse a través de Internet o del correo convencional, usando en el primero de los casos la tarjeta de crédito y en el segundo teniendo, además, la posibilidad del giro postal. En caso de que tengan algún problema, no duden en ponerse en contacto con el miembro del equipo que les sea geográficamente más cercano. ¿Quieren Pensar?
Nota publicada en Magonia el 10 de abril de 2004.