Atónito me he quedado cuando, a sugerencia del periodista Antonio Pérez, he mirado con lupa la portada del XL Semanal de hoy, en la que aparecen Patxi López y Alberto Núñez Feijoó, presidentes de Euskadi y Galicia, respectivamente. La relajada pose, con el antebrazo derecho del lehendakari descansando sobre el hombro izquierdo del dirigente popular gallego, descubre en la muñeca del inquilino de Ajuria Enea ¡una pulsera Power Balance! Es el modelo de silicona negra con letras amarillas. De verdad, no sé qué decir. Siento vergüenza ajena por el hecho de que el lehendakari haya caído en un timo tan burdo como el de la pulsera del equilibrio, tan efectiva como aquéllas magnéticas que se vendía en farmacias hace años o una pata de conejo. El mismo efecto habría conseguido pegando un holograma de una tarjeta de crédito caducada a una goma para el pelo de su esposa y no le habría costado a él, o a quien se la haya regalado, 34,95 euros. ¿Cree López en los poderes de la ya conocida como timopulsera? ¿Qué será lo próximo? ¿Recurrir a adivinos para el diseño de la política económica? ¿Confiar en zahorís el trazado del tren de alta velocidad? ¿Abrir la sanidad pública a la imposición de manos?
Nota publicada en Magonia el 26 de abril de 2010.